domingo, 28 de noviembre de 2010

Club Atlético Ayacucho (3ª División) - Año 1988


Nos cuenta José Pintos, entrenador en 1988 de la Tercera división del Club Atlético Ayacucho y permanente colaborador de esta página: “En 1988 el Club Atlético consagró a la 1ª División campeona del fútbol local y a la Tercera le correspondió el mismo honor. Un año después, la Liga ayacuchense de Fútbol suprimió la Tercera división que se jugaba los días sábados y en la que se permitía la inclusión de dos jugadores ‘veteranos’ por así llamarlos (en el caso de la imagen, Jorge Cruz y Gustavo Padín).
Jorge, con su experiencia, me daba una mano bárbara ordenando la defensa y Gustavo, que se había desempeñado años anteriores en el mediocampo, acá jugaba de ‘9’ y por ahí ‘pescaba’ alguna y la mandaba adentro.
Lo que sucedía era que, a veces, estábamos jugando muy bien en algún partido ‘chivo’ y aparecía ‘Curucho’ Cángaro -que dirigía la Primera- y me decía: “sacámelo a Arrabit, que lo voy a poner mañana (domingo)” y me veía obligado a poner un suplente en medio del partido. Fue el último año de ‘Curucho’ en el fútbol de Atlético pues después ya se dedicó de lleno a la política y empezó a viajar mucho y gran parte de la semana se encontraba fuera de la ciudad y quedó el equipo de él a cargo de Jorge ‘Campeón’ Aneas, a quien también tuve de jugador en la Tercera.
El rival más bravo en la lucha por el campeonato era Juventud Unida, que tres años antes había sido campeón en Primera de la mano de Miguel Nogueira, y tenía jugadores muy buenos y jóvenes a quienes les ‘daba el cuero’ para jugar el sábado y el domingo. ¡Vos ibas a la cancha el sábado y estaban Juan y ‘Pita’ jugando en Segunda y al otro día en Primera! ¡Los Ledesma no te fallaban nunca! Una cosa de locos!"

Previo a un enfrentamiento ante Estudiantes en 1988, posan:
Parados (izq. a der.): José Pintos, Gutiérrez, Eduardo Bellocq, Facundo Gari, 'Cachito' Fontana, Juan Carlos Castaño (colaborador), Jorge Cruz, Marcelo Casco, Pablo De Luca y Diego Castaño.
Hincados (izq. a der.): Luis Larrea, Anibal Arrabit, Carlos Roldán, Gustavo Padín, Ignacio 'Nacho' Zeberio y Sebastián Arriola.
Mascotas: Nicolás y Agustín Cruz.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Selección ayacuchense de 1957


Si bien en la actualidad nos quejamos de la cantidad de fútbol nacional e internacional que tenemos a disposición, en cuanto a la televisación de las diferentes competiciones, y que provocan una cierta saturación -de algo que en realidad nunca nos cansará-, décadas atrás el tema no era así y no existían en nuestro país torneos de selecciones ni los Torneos Argentinos, a nivel clubes, con la estructura con que hoy se cuenta.
Por tal motivo, la Asociación del Fútbol Argentino instauró, en la década del '20, el Campeonato Argentino a nivel selecciones, denominado Copa "Adrián Beccar Varela" en honor a quien fuera por años delegado argentino ante la FIFA.
Como parte de la preparación para hacer frente a semejante compromiso, la selección ayacuchense de fútbol de 1957 realizó varios amistosos con equipos de la zona y la base de aquel plantel era el de la Primera División del Club Atlético Independiente, que obtendría en 1959 el 'Quinquenio' al obtener consecutivamente los torneos oficiales de nuestro fútbol en 1955/1956/1957/1958 y 1959. Posan para el recuerdo en una tarde de 1957:

Parados (izq. a der.): El 'Paisano' Gadea, 'Sopapa' Acosta, 'La loca' Flores, Miguel Didío, Melillo, 'Cartucho' Labala y Anacleto Anes (masajista)

Hincados (izq. a der.): Saúl Larroudé, 'Negro' Carranza, Ceresini, Carlos 'Zurdo' Mingone y el 'Chileno' Barraza

viernes, 19 de noviembre de 2010

José 'Agüita' Fiorentino (Apinta/Ferroviarios/Sel. Balcarce - Balcarce) 1979/1983


Creado el 31 de Agosto de 1865, a partir de tierras entonces pertenecientes al Partido de Lobería, Balcarce originalmente comprendía los actuales partidos de Balcarce, General Pueyrredón y General Alvarado.

Su nombre homenajea a Don Antonio González de Balcarce (1774-1819) político y militar argentino destacado en la Guerra de Independencia de nuestro país y que ejerció brevemente como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

La serrana ciudad de Balcarce recibió a fines de la década del 70’ a un hijo de Ayacucho para defender los colores de esa selección así como de los clubes Apinta y Ferroviarios. Es José ‘Agüita’ Fiorentino, a quien consultamos acerca de esa vivencia en esta ciudad distante a 91 km. de Ayacucho, quien esto nos decía:

¿Cómo llegás al fútbol de Balcarce?

Llego a Balcarce por intermedio de Daniel Fernández, quien era encargado en nuestra ciudad de “Etchegaray Deportes” (donde hoy funciona “Ilusion’s Deportes”, el local de deportes de Gustavo Ceresa, en calle 25 de Mayo casi Irigoyen) que era la sucursal de la casa del mismo nombre que había en Balcarce. Daniel era el ‘2’ de la selección de Balcarce.
De Balcarce tengo los mejores recuerdos y los amigos que dejé ahí. Jugué 5 años, primero jugué en Apinta, recuerdo que jugaba por dos bolsas de papa ¡no sabés como comía puré!" (risas). Luego jugué un año en Ferroviarios y en la Selección de Balcarce.
En un partido jugado en Necochea, con la selección balcarceña, donde ganamos 4 a 2, en una jugada yo gambeteo a 7 jugadores, me abro un poco, le pego con el talón y le grito el gol a la hinchada que se venía abajo. Vuelvo la vista atrás para ver como entraba la pelota y esta había dado en el palo y había salido afuera. El técnico casi me mató ese día. Me decía
“vos viniste a Balcarce a robar la plata, sos un ladrón, mugriento”.
Mi propio técnico me decía eso, argumentando que yo podría haberme metido dentro del arco con pelota y todo. Y la había querido hacer con todos los ‘chiches’ ¡si había gambeteado siete tipos! Él tenía razón, pero después cuando había terminado el partido y ya estábamos cenando me abrazaba y me decía “Agua, sos un fenómeno, sos un fenómeno hermano, porque gambetear siete tipos del área tuya al arco contrario muy pocas veces se ve”. Casi me mató.
Estuve cinco años en Balcarce de los cuales jugué en Apinta y en Ferroviarios y un año en la selección de Balcarce en donde logramos una racha de doce victorias seguidas, sin perder ningún partido. Donde íbamos a jugar ganábamos. Los muchachos tenían un Peugeot 403 con techo corredizo, preparado, cuando terminaba el partido me alzaban -yo con las pilchas de fútbol- me subían al auto, le corrían el techo, yo me paraba, me asomaba por ahí y nos paseaban por todo Balcarce. La gente salía a las calles y gritaba ¡Ayacucho! ¡Ayacucho! No sabés lo que yo estaba jugando en esa época.
Oscar ‘Chivo’ Álvarez era el ‘3’ de la selección de Balcarce, había jugado cinco Nacionales con Aldosivi de Mar del Plata. Fue también el ‘3’ Tandil en la época mía en la selección de Ayacucho. Cuando caigo en Balcarce él era el ‘3’ indiscutido de esa selección, cuando me ven jugar a mí, que juego el primer partido en Apinta ¿qué hacen? Lo sacan al ‘Chivo’ para ponerme a mí. Yo en ese tiempo era una bala, tenía una velocidad bárbara. Le saqué el puesto ¿qué hicieron entonces? Lo pusieron a él de ‘10’ que era más técnico que yo. Entonces, para aprovechar que él sabía más con la pelota lo metieron en el medio. Entonces, estaba él que sabía de marca y yo atrás ¿quién iba a pasar? Jugaba el ‘Búho’ Bustos de ‘11’, el ‘Chivo’ de ‘10’ y yo de ‘3’.

Oscar 'Chivo' Álvarez

El ‘Chivo’ entretenía el juego y yo pasaba por afuera, pero sin mirarlo. Él era zurdo y le quedaba mal el perfil, pero yo pasaba como una bala por detrás de él y él me metía el pelotazo con tres dedos y la pelota me caía siempre justa al fondo para hacer el centro atrás ¡los goles que hizo Daniel Vidal de cabeza! El secreto es simple si vos vas hasta el fondo y tirás el centro bien pasado, quien entra por atrás prácticamente se choca la pelota. El cabezazo es una patada. Esa jugada la hacía también con la selección de Ayacucho.

¿Qué partido recordás como el mejor que hayas jugado?

Que se yo, en Balcarce hice campañas muy buenas, capaz que de lo mejor de mi carrera. Yo ahí estaba muy bien. Recuerdo que una vez se jugaba una semifinal Mar del Plata-Balcarce, y había llovido, jugábamos en el desaparecido estadio “General San Martín”, y ellos tenían al ‘Negro’ López, era wing derecho, que había ‘zarandeado’ a Dios y a María Santísima. Era un jugador de primera línea.
Bueno, se juega la semifinal y a mí me toca jugar frente a él, a quien ya había visto Alberto J. Armando, por entonces Presidente de Boca Juniors para llevarlo, al otro día, a La Candela (complejo de entrenamiento que poseía el club de la Ribera a mediados de los ’70) y escucho al ‘Cucho’ (Alejandro Mascareño, jugó 16 partidos en 1974 para el Racing Club de Avellaneda), que era el ‘4’ de Balcarce que me dice: “Agua, te toca bailar con la más fea”.
 

“Y bueno, hermano, esto es un juego” -le respondí.

“De yapa -me dice- la cancha está embarrada y el ‘Negro’ los ha ‘zarandeado’ a todos”.

Y a mí se me prende la luz, porque yo era muy perro cuando más lo pudiera hacer ‘calentar’ al rival, mejor, cuando más me pegaban mejor, porque yo sabía que si el rival me pegaba, él tampoco jugaba. El problema es cuando el otro juega tranquilo, vos lo que tenés que hacer es lograr que el contrario se enloquezca. En el fútbol o en cualquier otro deporte vale mucho lo psicológico, yo con mirarte ya te hacía ‘calentar’.
Bueno, te sigo contando, me dice ‘Cucho’ "¿vos que botines tenés?"

Los míos -le contesto-

No, ¿de cuántos tapones? La cancha está pesada.

De 13 tapones.

Bueno, vamos a hacer una cosa -me dice- ¿no te andarán los míos?

Y mirá que yo tengo la ‘patita’ chiquita, yo calzo 38.

Y los míos serán 39 -me contesta.

A ver, traémelos.

Me los dio. Me los probé, me puse dos pares de medias, más las vendas y más o menos los llenaba. El cambio obedecía a que los botines de ‘Cucho’ eran de seis tapones y se cargaban menos de barro, por lógica eran más livianos y me permitía girar y frenar mucho más fácil.
Entonces le pregunto ¿Vos lo viste jugar?

Sí, los ‘zarandea’ a todos.

Y decime una cosa ¿es más ligero que yo?

Y se quedó pensando. “No, Agua, no es más ligero que vos”.

¿'Cucho' vos estás seguro que el ‘Negro’ no es más ligero que yo?

No, que te va a ganar a vos!

Bueno, entonces decile al ‘Negro’ López que dije yo, que no entre a la cancha porque lo voy a hacer llorar.

Así le dije a Mascareño en el vestuario.

Y ahora vas a ver. Porque yo me caliento, igual los agarraba con los dientes, los pellizcaba… Para que se calentaran. Si me habrá retado ‘Chichilo’ Echavarría para que los dejara tranquilos, que me iban a echar.
Bueno. Arranca el partido. Entonces yo digo ‘si este es tan rápido como dicen la primer jugada va a salir para el lado mío’. Yo me la estaba esperando. Y salió.
Movieron del medio y zas ¡pelotazo a mi espalda! Y el ‘Negro’ por afuera que tiraba cada centro que era un espectáculo. Lo que jugaba. Entonces, cuando yo me avivo, él arranca y yo no estaba de frente a él, yo ya me había puesto de costado para salir junto con él. La cuestión es que salimos juntos, llegamos al banderín del córner a codazo limpio. Él me pegaba uno y yo le pegaba otro. Habilísimo.
Cuando él llega al banderín del córner y yo miro la raya de fondo que ya nos salíamos de la cancha, yo sabía que iba a tirar el centro, entonces me tiro acostado apoyando la mano en el piso pero dejo estirada la pierna para impedirle el centro. Lo tira y se traba el pie contra mi suela.
No sabés lo que gritaba ese negro. ¡Petiso mañero hijo de puta! ¡Te mato hijo de puta! ¡Borrate que te mato!

Me decía de todo.

Yo me le reía en la cara, le preguntaba ¿quién te dijo que jugás al fútbol vos? Si vos no jugaste nunca, negro pelotudo. ¿Vos sabés con quien estás jugando? No seas boludo, ¿no ves que te están mirando todos?
Al rato, otra jugada igual. Otro pelotazo. Estaba por ahí el juego. Le vuelvo a ganar, pero ahí le gané solo, llego yo primero a la pelota, amago dársela al arquero y él encara, giro, él pasa de largo y muevo, yo era rápido, y a la pasada le digo ¿qué te parece Negro? ¿juego un poquito no? (risas)
Sigue el partido y en los últimos minutos el referí dice: “Señores, dos minutos” y levanta los dos dedos señalando el tiempo que había dado de descuento. Nosotros perdíamos 2 a 1, en esos dos minutos penal para Balcarce. Y patea Daniel Fernández que era técnico con la pelota, mucha clase. Calculá, penal faltando dos minutos, después la revancha en Balcarce, los hacíamos pedazos. Toma carrera Daniel y le pega con fuerza y le pelota se va por arriba del travesaño, pero altísimo. Igual que en el rugby. Nos quedamos todos mirándolo, no podía haberlo pateado tan mal. Y perdimos 2 a 1.
Cuando termina el partido y ya nos íbamos al túnel, siento que el ‘Negro’ López me llama.

‘Petiso’ vení...

Yo pensaba, este me va a meter una piña y yo me arrimaba pero no me le confiaba. Me acerco, me estira la mano y me dice “me cortaste la carrera”.

No ‘Negro’, un partido como cualquiera -le contesto.

No -dice-, marcadores como vos aquí no hay y a mí ningún marcador me pudo marcar. Hoy me cortás la carrera, y sabés porqué te lo digo. Mirá, ahí está Alberto J. Armando, mañana me llevaba a La Candela.

En resumen, el ‘Negro’ fue a Boca, hizo tres prácticas y lo mandaron de vuelta. Tenía razón, yo le había cortado la carrera.

Venimos el domingo siguiente a Balcarce y nosotros estábamos concentrados en el Hotel Balcarce, arriba, en el sexto piso. No sabés lo que fue ese partido revancha con Mar del Plata que tenía un equipazo, jugaba el ‘Negro’ Loyola, el ‘Colorado’ Eresuma, etc.
Bueno, empieza el partido y hay gol de Mar del Plata. Empatamos nosotros y al rato penal para Mar del Plata. Lo va a tirar el ‘Chivo’ Álvarez, que a su vez estaba jugando en Aldosivi de Mar del Plata, pero era balcarceño y se acerca y le dice nuestro arquero, Vega, ‘tirate a aquel palo, te la tiro ahí’.
¿Qué hizo Vega? No le creyó. Se largó para el otro lado al que le dijo el ‘Chivo’ y la pelota entró despacito junto al palo que le había indicado el ejecutor. Quedamos afuera, sino íbamos a San Juan a jugar otra instancia. El ‘Chivo’ era balcarceño y no quería ganarle.

Agüita, abajo, 3º desde la derecha, defendiendo los colores de la Selección de Balcarce a comienzos de la década del '80

Cuando terminó este torneo, me vinieron a ver de Independiente de Mar del Plata para llevarme, pero no quise ir. Yo andaba muy bien en ese momento.
Mirá la locura que yo tengo por el fútbol, que cuando estaba en la selección de Balcarce estábamos concentrados en el sexto piso del Hotel “Balcarce” y a mí me hacían dormir en la misma habitación que el técnico, que era ‘Pirucho’ Elizalde, hay muchos de mis ex compañeros vivos en Balcarce, lo pueden averiguar, yo me levantaba a las 2 de la mañana, a las 3 de la mañana, me vestía con ropa de fútbol como para salir a la cancha, así como te la cuento, y empezaba a caminar por el pasillo del hotel, iba y venía. Se levantaba ‘Pirucho’, me retaba y me mandaba a dormir "Pero paisano ¿qué andás haciendo? ¿viniste a caballo? ¡Andá a acostarte!" Y yo andaba vestido de jugador a las 3 de la mañana porque no podía aguantar. 
Ni dormía...

El testimonio claro, sin nada que ocultar, de este apasionado del fútbol que dejó bien sentado el nombre de Ayacucho en la ciudad de Balcarce, donde supo ganarse muchos amigos que aún hoy lo recuerdan con mucho cariño y que no olvidan su entrega en un campo de fútbol.

lunes, 15 de noviembre de 2010

El libro de José Pintos

El pasado 5 de Noviembre en las instalaciones del Club Atlético Defensores se presentó el libro ¡Qué tiempos aquellos! de nuestro amigo y colaborador José Alberto Pintos.
Un importantísimo trabajo de investigación y recopilación de datos ha logrado plasmar en un libro nuestro buen amigo, trabajo que junto al presentado por Diego Castaño tiempo atrás, vienen a llenar un lugar de preponderancia en lo que refiere a los orígenes del fútbol en nuestra ciudad.
Libros del Espinillo fue la editorial que concretó este viejo anhelo de José, quien desde hace años nos deleita con sus crónicas futboleras. Primeramente a través del espacio ¡Te acordás hermano! en el desaparecido semanario "Calle 7" y actualmente en el diario "La Verdad" en una columna homónima al libro recién editado.
Celebramos fervientemente este tipo de acontecimientos y le informamos a los interesados en adquirir este libro que pueden contactarse con el autor en su domicilio de calle España Nº 676 o vía telefónica llamando al (02296) 45-2941.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Benjamín 'Tito' Martínez: el más pasional de los 'Estudiantes'

Pueblo futbolero si los hay, en la República Argentina siempre se dijo que los niños 'nacen con una pelota bajo el brazo'.

Tal vez esta sentencia en el año 2010 no tenga tanta contundencia por la diversidad de oferta que tienen hoy nuestros niños (Play Station, celulares, Internet, TV por cable, etc.) en detrimento de la práctica del fútbol que, décadas atrás, justificara esa frase.

Quienes no tuvimos mucho por demostrar sobre el verde césped, contrarrestamos eso mirando todo el fútbol que cruce por delante nuestro, charlando con nuestros amigos hasta el hartazgo de lo sucedido en un partido o descargando toda nuestra pasión desde una tribuna.

Pero si alguien encarna en nuestra ciudad ese verdadero 'sueño del pibe' es 'Tito' Martínez. Dirigente de avanzada, político hasta la médula, desarrollista, es cofundador del Club Atlético Estudiantes, fue jugador, director técnico y dirigente del club, Presidente de la Liga Ayacuchense de Fútbol, todos los peldaños de la escalera subidos con innegable pasión.

Temperamento, vehemencia, empuje, son características muchas veces mal vistas en pequeñas comunidades por no ser 'políticamente correctas' y porque el 'quedar bien con todo el mundo' suele ser una práctica, no muy linda en las formas, pero muy común a idiosincrasias pueblerinas.

'Tito' fue y es fundamentalmente un hacedor. Quien, aún sin ser concejal, más de una vez presentó proyectos para nuestro pueblo que descansarán plácidamente en algún archivo del Honorable Concejo Deliberante, quien con 30 años tomó un fierro caliente como era la conducción de nuestra Liga (a la que nadie quería conducir) y siempre puso 'toda la carne en el asador'. Siempre obró con convicción y fervor, aún cuando más de una vez las circunstancias hubieran requerido otro temperamento. Siempre fue auténtico y frontal, por alto que fuera el costo.

En busca de encontrar respuestas a muchas preguntas que me hacía en torno a su figura, me acerqué a su casa en donde me atiende muy amablemente junto a Marta, su esposa, y con quienes -mate de por medio- charlamos un rato acerca de nuestra pasión común: fútbol.

Nos cuenta 'Tito': Soy nacido en Villa del Parque, Capital Federal, el 31 de Octubre de 1931. Mi familia está compuesta por mi esposa Marta Iturralde, cinco hijas (Alejandra, Marcela, Paula, Laura y Marta) y nueve nietos.
Llego un poco de casualidad a Ayacucho pues mi padre, a quien le gustaba mucho la caza, vino con un tío mío a cazar a Tandil en el año 1950.
Ocurre que cuando vuelven, no había las rutas que hay ahora, la 74 no estaba asfaltada, y los agarró la lluvia acá cerca e ingresaron a Ayacucho, pueblo al que jamás habían entrado.
Bueno, hicieron noche acá, para retornar al otro día a Capital Federal y se pusieron a hablar con Antonio Da Vila que era el dueño del hotel "Santa Catalina" (donde actualmente se halla la sede del Club de Leones).
Quiere el destino que mi padre, quien ya andaba con ganas de irse de Capital, hace negocio con Da Vila y le compra la llave del hotel y cuando regresa a Buenos Aires, yo me encontraba allá, me cuenta la novedad "nos vamos a vivir a Ayacucho".
Yo jamás había oído hablar de Ayacucho, de Chacabuco sí, por lo que yo a mis amigos les decía que me iba ir a vivir a Chacabuco ¿pero qué ocurría? A mí me tocaba la conscripción, entonces yo no me hacía problema pues no pensaba nunca jamás venirme a vivir a Ayacucho.
Yo haría la colimba, por entonces trabajaba en una tornería y ganaba mucha plata, más que mi padre, y además los patrones me decían "¿por plata?" pues a mí me habían dejado al frente de la tornería y no entendían como yo me iba de Buenos Aires. Ellos habían alquilado un galpón enorme al lado de la tornería en Avenida Forest y se dedicaban a comprar autos viejos y le arreglaban el motor, la pintura, etc. los dejaban impecables y ganaban fortunas con eso. Con 20 años yo estaba al frente de la tornería y cuando sale esto de venir a vivir a Ayacucho me decían "la plata no es problema, la cifra la fijás vos". Pero sucede que yo me salvo del servicio militar, recuerdo que había dos muchachos en la revisación que me cargaban. Me tomaron las medidas y decían "¿qué hacemos con este cadáver"? "¡hacé lo que quieras vos!", "¿para qué lo queremos"? "Bueno, andate para Chacabuco, para qué te queremos acá". Todas bromas para hacerme calentar.
Así que me vengo para Ayacucho, empiezo a tener amigos, con decirte que no volví más a Capital y desde entonces he vuelto muy pocas veces.

¿Cómo empezás a echar raíces en nuestra ciudad?

No me olvido nunca llegamos un día al mediodía, yo salí a la puerta del hotel y como todo porteño era un tipo de confitería, de café, y le pregunto a un muchacho que pasaba "¿dónde hay una confitería?" y me miró como sorprendido y me dice "ahí en la esquina" como diciendo "¿no la ves boludo?". Le contesto que soy forastero y entré, era “La Buen Gusto". Y me quedé para siempre.
Durante años viví más en la confitería que en el hotel. Era levantarme a la mañana e ir a tomar un café (cuando el turno en el hotel me lo permitía pues junto con mi hermano teníamos que tender las mesas, atender, etc.), después de servir el almuerzo -nosotros almorzábamos antes- salíamos a las disparadas así agarrábamos lugar para jugar a las cartas, se jugaba por plata en aquel entonces y así pasaron años, años y años. Lo que lamento es que de toda aquella gente no queda nadie vivo, a veces me rompo la cabeza en la cama y pienso "¿este?" Murió, "¿aquel"? murió. Toda esa gente, creo, falleció y acá me quedé para siempre, ni loco me voy.

Te adaptaste enseguida...

Sí, enseguida, es una cosa tan distinta a Buenos Aires, allá creemos los porteños que somos unos vivos bárbaros y somos unos pajaritos que nos creemos muy cancheros.

¿Y cómo es tu relación con el fútbol ayacuchense?

Empezamos a andar en el fútbol a través de un equipo que hicimos en la confitería y me encuentro, no recuerdo muy bien el año, con que no había directiva en Liga de Fútbol en Ayacucho y alguien me vio para que me hiciera cargo de ella, cosa que acepté y fui presidente por bastante tiempo, tendría yo treinta y pico de años y empezamos a hacer partidos con Tandil, Azul, Rauch, todos los poderosos de la zona pues no había Torneos Argentinos así que vos para jugar con Tandil tenías que hacer amistosos.
Después organizamos una serie de torneos desde Tandil con el gordo 'Lucho' Mestelán, quien era capo en la provincia y de quien me hice muy amigo. Anduve años, años y años pues nadie agarraba la Liga, así que terminaba mi período y agarraba otra vez yo y creo que tan mal no lo hice pues el fútbol no se terminó, por el contrario, se encontraba terminado cuando agarré yo.

NOTA: Luis Alberto Mestelán, 1930-1995, legendario dirigente tandilense, impulsor del regionalismo en el fútbol argentino, ex vocal del Consejo Federal del Fútbol Argentino y ex Tesorero de la AFA.
Uno de los torneos de selecciones al que refiere 'Tito' eran los recordados 'Regional Centro' que a las ciudades vecinas también se sumaban Coronel Pringles, Bolívar, Laprida, Benito Juárez, Tres Arroyos, etc. y en el que jugaban entre sí las ciudades vecinas y el ganador de la zona se enfrentaba con los ganadores de las otras zonas para determinar un campeón. Así eran las competencias por aquellos años hasta la irrupción de los torneos nacionales y argentinos a fines de la década del 60’.

¿Lo disfrutabas?

Sí, lo disfrutaba, pese a que para mí era un problemón pues era viajante de Terrabusi y presidente de la Liga y se me complicaba el panorama. Yo llegaba a la noche y lo primero que hacía era ir a la Liga para preguntarle a Olaeta (por años canchero del Estadio Municipal) el resumen de las novedades y él me pasaba el parte todos los días y ahí fue cuando con varios de los dirigentes de la zona comenzamos a hacer los torneos que te contaba.

¿Cómo era el manejo con los clubes?

Bueno. Los clubes por entonces se reforzaban mucho con jugadores de afuera, Sarmiento siempre traía refuerzos, Defensores alguno traía, en Estudiantes traíamos varios, se hacían unos torneos lindísimos. ¡Parece que fuera ayer! ¡Cómo iba gente a la cancha! Vos no sabés lo que era aquello, unas recaudaciones increíbles. Cuando había enfrentamientos con Tandil para que contarte lo que era. Con tu padre hemos ido al fin del mundo, a todos lados, en autos, caravanas de gente, en micros llenos.

¿Cómo nace el club Estudiantes?

Teníamos un equipo de fútbol en la confitería y hacíamos amistosos y después comenzamos a jugar un torneo (por entonces acá no había torneos oficiales) y yo me fui a La Plata y le dije al Presidente de la Liga, no recuerdo el nombre, que necesitaba camisetas para el club y me dice "andá a tal dirección y elegí las camisetas que quieras". Así que fuí allá y le dije al tipo y me dice "sí, como no, pase Martínez, ¿qué camisetas quiere?", "no sé le digo" y empezamos a elegir, había no sé 80.000 juegos de camisetas (risas) y no sé porqué saqué las de Estudiantes pero después mis amigos me gastaban "¿pero si vos sos de Independiente?", "¿y qué tiene que ver que yo sea de Independiente?" eran unas casacas de manga larga, con botones, hermosas, las primeras que tuvo Estudiantes, que, ya te digo, no nos costaron nada pues las daba la AFA.

Tito (3º empezando desde la derecha) y una formación de Estudiantes en 1966 con su primer juego de camisetas

Íbamos a jugar a todos lados, de local, un entusiasmo terrible. Recuerdo que una vez, no sé qué equipo importante venía a jugar contra nosotros y llovió y vamos a la cancha y Olaeta, el canchero, nos dice "no van a poder jugar", "¿pero por qué?" -le contesto "Pero usted sabe Tito, como se va a poner la cancha" que esto, que lo otro.
"Bueno -le digo- si usted nos ayuda podemos sacar los charcos". Y entramos con todo, con escobas, con secadores, con trapos y sacamos toda el agua que pudimos. Y jugamos. No sabés como quedó la cancha, yo decía acá nos matan a todos, pero era el entusiasmo por jugar al fútbol. Había mucho más entusiasmo por el fútbol en aquella época que el que hay hoy.

Vos fuiste, de alguna manera creciendo con el club y viendo su evolución, ¿la gente enseguida apoyó? ¿se fueron haciendo nuevos hinchas?

Nosotros alquilamos una casa en Güemes y Murgier y comenzamos a hacer bailes. Para que habilitaran el lugar le compramos a Mochuelo, de Tandil, un tinglado, pusimos baldosas en donde sería la pista de baile y levantamos las paredes. Eran un infierno esos bailes, entraba gente y gente y más gente. Además, bailaban y se llevaban por delante pues no había lugar y siempre había algún problema o sea que nos dividíamos nosotros, los de la Comisión Directiva, en distintos sectores del baile y donde amagaban con alguna pelea al primer bochinche agarrábamos al conflictivo, lo sacábamos y lo suspendíamos. Entonces, pese al gentío monstruoso que había no teníamos grandes problemas. Mucha de esa gente después nos acompañaba en el fútbol.

¿Cómo surge esa política de reforzar siempre el equipo de fútbol con jugadores de afuera?

Bueno, yo andaba en ese tema pero me ayudaba mucho 'Clarete' Escudero. Andábamos los dos. El contacto lo hacía yo. Creo que uno de los primeros jugadores que vino de afuera para jugar en Estudiantes fue Luis Barrientos de General Belgrano. Él me dijo "Tito, allá en Belgrano hay jugadores de una calidad tremenda" y yo tampoco quería jugadores muy caros pues en ese entonces tampoco sobraba la plata pero empezaron a venir Guibaudo, los Aneas, Rosales, Genín, etc.

¿Quién fue a tu criterio el mejor jugador que trajo de afuera Estudiantes?

Horacio Genín. Fue un jugador espectacular, yo no sé por qué no triunfó en el profesionalismo. Era un jugador de una calidad notable. Otro grande que trajimos fue Oscar 'Coco' Rossi (ex Huracán, Racing y San Lorenzo, jugó en el Mundial de 1962 en Chile) un jugador sumamente habilidoso quien se encontraba en el final de su carrera.

Hay una anécdota muy famosa de 'Coco' Rossi...

Sí, es cierto. Un día estábamos jugando en Labardén contra un equipo de ahí. Termina el primer tiempo y yo empiezo a charlar con los muchachos y no lo veía a 'Coco', entonces pregunto por si alguien lo había visto "no sé" me contestan. Salgo del vestuario, doy la vuelta y lo encuentro solo, fumando, al lado de una bomba de sacar agua (las antiguas y recordadas 'bombas sapo' que aún se encuentran en alguna vieja casa y en la zona rural), esa cancha no es lo que era hoy, era un potrero, y lo encuentro ahí solo y le pregunto "¿Coco qué hacés solo acá?" y me dice "estoy pitando un poco y pensando que estuve en Moscú, en Madrid, en Maracaná y me faltaba Labardén... Estoy hecho." (risas).

¿Cómo surge el clásico con Sarmiento?

Pasa que ellos venían ganando todo y futbolísticamente aparecemos nosotros, con jugadores de afuera, el clásico se dio por lógica: Sarmiento-Estudiantes. Pero también había un poco de 'pica' con Defensores, con Estrada no tanto, dos equipos también fuertes por entonces.

¿Por qué se pierde aquella recordada final 4-3 contra Sarmiento en Noviembre de 1973 en donde eras el director técnico de Estudiantes?

En cierto modo la pierdo yo también. Estudiantes ganaba 3 a 0 al comienzo del segundo tiempo y yo quería golearlo a Sarmiento, así que lo lógico era en ese entonces haber sacado un delantero y poner un defensor como se estila hoy y 'cerrar' el partido. Yo hice al revés, saqué un mediapunta para poner un punta y ahí se terminó todo. Ellos se dieron vuelta, metieron el primer gol, los nuestros se asustaron pues, como siempre habían perdido con Sarmiento, no podían creer la oportunidad que se les estaba presentando.
Tiempo después me preguntaban "¿por qué no cambiaste algún jugador?" ¿y a quién querían que cambie? Yo miraba y en el banco tenía puros delanteros ¿qué iba a cambiar? ¿un delantero por otro? ahí no estaba el problema... De todos modos ya pasó... qué vas a hacer...

¿La alegría más grande con Estudiantes es probablemente el título de Campeón del Oficial de 1982?

Sí, qué te parece. Una paradoja, con todos jugadores locales pues en esa época ya nadie traía jugadores de afuera porque era una norma antiguamente, si querías pelear la punta había que traer jugadores de afuera.

Tito, en la noche de la obtención del título de Estudiantes Campeón del Torneo Oficial de 1982

La cena de festejo del Campeón de 1982

¿Se equivoca Estudiantes en su política de pagarle a jugadores de afuera en vez de contratar un técnico de nivel que hubiera organizado las inferiores y sacar jugadores?

Lo que pasa que nosotros ante todo empezamos a jugar en Primera, éramos un equipo nuevo ¿cómo encontrás jugadores con los que podés competir mano a mano con equipos que hace años están compitiendo y que no te goleen? Además nosotros, nuevos en el fútbol de acá, ¿qué jugador íbamos a conseguir que los otros clubes ya no lo hubieran visto para jugar con ellos?
Empezamos trayendo uno o dos, después trajimos otros, de Labardén, de General Belgrano y esos jugadores nos recomendaban otros y cuando nos dimos cuenta teníamos más de medio equipo con jugadores foráneos, a veces casi todo el equipo. ¿Sabés lo que había que juntar para pagarles? Pero, éramos 5 ó 6 ahí que la plata la juntábamos y teníamos el respaldo de las rifas que hacíamos y las grandes recaudaciones de los bailes.
Otro problema que teníamos era que 4 ó 5 jugadores eran de acá y el resto de afuera ¿qué sabíamos nosotros si los que venían de afuera entrenaban o no? Muchas veces eran una máquina en el primer tiempo y en el segundo se morían todos...
Nosotros podríamos haber hecho un club fantástico, pero todo se lo llevó el fútbol. Gastábamos con el fútbol muchísima plata.

¿Qué significó Estudiantes en tu vida?

Primero que todo, al margen de lo futbolístico, lo otro. Yo observaba que hacía un baile el Club Social y se llenaba, hacía un baile el Club Atlético y se llenaba, hacía un baile el Club Independiente y se llenaba pero era todo de un determinado nivel de gente. Y yo decía ¿y qué hacen los otros?
Yo estaba sentado un día en el escalón del Hotel "Santa Catalina", vivía ahí, y pasaba el auto con la publicidad por los altoparlantes "¡esta noche gran baile en el Club ………..!" y yo decía ¿y los pobres?
Entonces por ahí pasan dos muchachos que eran amigos míos, gente humilde, y les digo "¿a dónde vas a bailar en Carnaval?" y me dicen "¿adónde vamos a ir si no podemos, no tenemos guita?". La cuestión que se me ocurrió ver a una casa en calle 25 de Mayo como para organizar bailes. Le digo a uno de los muchachos de la confitería "¿ché, y si alquilamos esa casa que fuí a ver?".
Vamos a ver a la dueña y nos pidió mucha plata por el alquiler. La cuestión que empezamos a discutir el tema y decíamos ¿pero cómo no vamos a sacar esa plata con los bailes? Encaramos eso y los bailes resultaron fantásticos, toda la gente humilde estaba allí y a partir de allí el nacimiento de Estudiantes. Todo aquello inolvidable.

Vos fuiste director técnico de Estudiantes y de nuestra selección ¿qué se disfrutaba más?

Con el cuadro nuestro. Teníamos mucha más confianza con los jugadores. Lo otro era distinto pero con la selección jugábamos de igual a igual con todas las selecciones de esta zona de la provincia y Ayacucho era muy respetado en todos lados.
Por ejemplo yo leía el diario de Tandil, El Eco o Nueva Era, la semana anterior a un Tandil-Ayacucho y en el título de la noticia decía: "Difícil enfrentamiento para Tandil frente a Ayacucho", "La nueva vedette del fútbol", etc.

¿Y en cuánto a ser jugador, técnico o dirigente?

Tal vez la etapa de dirigente de la Liga porque cuando yo me hice cargo no había conducción, nadie quería agarrar, todo era no. No había campeonato, solo amistosos, una pena con las instalaciones que teníamos.

¿Qué recordás de aquella visita a nuestra ciudad en 1975 del Equipo de las Estrellas en donde dirigiste a nuestra selección?

Era una sensación el Equipo de las Estrellas, una cosa nueva, no era fácil conseguir una fecha para que vinieran, lo querían en todos lados. Resulta que 'Coco' Rossi viene un día a Ayacucho y me habla del Equipo de las Estrellas que recién se había formado y me pregunta si quería que él me contactara con quien representaba a aquel equipo. Le digo que sí y me da el teléfono de uno de los jugadores que lo integraban y arreglamos todo telefónicamente para que ellos vinieran a jugar acá. Era algo lindo para Ayacucho pero también había que arriesgar pues ellos cobraban por adelantado y rezar porque no lloviera el día que ellos vinieran.

Junio de 1975. Almuerzo en el Club Ferroviario, comparten la mesa Luis Carluccio, Jorge Aneas, Hugo Ciganda, 'Tito' Martínez, 'Pichino' Carone y Ermindo Onega

Me ofrecen una fecha que era posterior al domingo en que jugaban en Tandil. Un domingo jugaban en Tandil y al siguiente acá. La cuestión es que tuvo un éxito bárbaro aunque el día estuvo muy feo.

La selección ayacuchense en la puerta del Club Ferroviario previo al partido contra el Equipo de las Estrellas

De aquellas recaudaciones monstruosas y el acompañamiento masivo de la gente ¿hay alguna fecha de quiebre en donde la gente empezó a no concurrir a la cancha? ¿qué fue lo que le quitó el interés a la gente por el fútbol?

Bien no te lo puedo decir pues yo hace mucho que no voy a la cancha, perdí el entusiasmo. Pasó también que me pareció en cierto modo ingrato que llegaran a decir con que yo me quedaba con plata de la Liga, cuando yo ponía plata de mi bolsillo. Pero como había que mancharme, borrarme a mí del mapa, hicieron correr el rumor de que yo había robado. O sea que yo no pisé nunca más el Estadio, hace una punta de años que yo no voy más al Estadio. Me quedó esa congoja, esa ingratitud de cuatro ó cinco tarados que nunca más volví al fútbol.
Pero, volviendo a tu pregunta, era tremenda la cantidad de gente que iba a la cancha por aquellos años. Ocurría también que antes no había muchas cosas para ir a ver, yo no olvido la vieja cancha de la Liga (ubicada en la manzana en que hoy se encuentra ubicada la Escuela Nacional) en tardes de domingo donde las calles que llevaban a ella se convertían en avalanchas humanas, eran otras épocas, con gente hasta arriba de los techos de las casas.

La 'barra' de Estudiantes alentando en un partido de la selección ayacuchense. Dos escalones por encima del cartel se observa a 'Tito' y más a su izquierda a su hermano Héctor

Una vez vino el gordo Mestelán y lo invité a comer al hotel "Santa Catalina" y de ahí nos íbamos al Estadio. Terminamos de cenar, tomamos un café, tomamos un whisky, nos pusimos a charlar y al rato le digo "¿qué te parece si vamos? "Bueno, vamos" -me contesta- "¿está lejos el estadio de acá?". "No, estará a ocho cuadras" -le respondo. "¿Y si vamos caminando así hago la digestión?", "Bueno".
Y agarramos la calle Sarmiento rumbo al Estadio y era una avalancha humana. "¿Dónde va toda esta gente?" -me pregunta el gordo- "al Estadio" -le digo-, "¿al Estadio? ¡Pero viejo, entonces tienen que meterse en Primera B o algo! ¿sabés lo que nos cuesta llevar la gente a la cancha allá en Tandil?".
Llegamos al Estadio y reventaba de gente, por casualidad o no a todo el mundo se le había ocurrido ir esa noche a ver fútbol, Mestelán estaba enloquecido, no lo podía creer, me decía "yo te ayudo en lo que sea" y se empezaron a hacer esas gestiones que después no prosperaron.

¿Qué asignatura pendiente te ha quedado con respecto al fútbol?

Yo creo que ninguna. Dediqué gran parte de mi vida al fútbol, años, años y años y lo hacía encantado. Yo pasé toda mi vida entre el fútbol y la política, tengo grandes recuerdos del fútbol no así de la política. Yo creo que en la panza de mi vieja ya pateaba una pelota. Los años más lindos que yo recuerdo de mi vida los pasé con el fútbol, el fútbol fue toda mi vida...

Una de las primeras formaciones del Club Atlético Estudiantes, 'Tito' agachado, 1º desde la derecha

¿Estás arrepentido de algo?

No, en absoluto.

Benjamín 'Tito' Martínez, auténtico, frontal, directo. Tómelo o déjelo. Un hombre apasionado al que, en mi entender, esta ciudad no ha sabido reconocerlo como alguien con ideas en pos de un Ayacucho mejor y como un dirigente con ideas por un fútbol regional y participativo. Más que una entrevista, una charla con un amigo...
Gracias Tito y lo mejor para vos!!

lunes, 8 de noviembre de 2010

Jorge Cruz (Independiente) / Oscar Monaco (Ferroviario) - Año 1970


Nuevamente dos amigos de esta sección se hacen presentes, aunque defendiendo a diferentes clubes. Tiempo atrás los veíamos con la camiseta del Club Ferroviario y en esta foto, anterior a la publicada el 28/06/10, Jorge luce la casaca de Independiente y esto nos cuenta acerca de lo que vemos en la imagen: “Yo me inicié en el Ateneo Estrada jugando de delantero con Agustín Moro de director técnico, luego desarrollé el resto de mi carrera en Ferroviario, el club de toda mi vida, pero en 1970 tuve un problema en este club, cosa de jóvenes, y decidí que era bueno, al menos por un tiempo, ‘cambiar de aire’.
Se da la circunstancia que el desaparecido Nelson Scandroli dirigía la Primera de Independiente y me invita a sumarme a su plantel. Por aquella época había pases de jugadores por 6 meses, cosa que no sucede hoy, y así es como pido el pase en la Liga Ayacuchense de Fútbol y me sumo a las filas ‘rojas’. Segundo semestre de 1970.
Bueno, comienza el torneo y primer problema. Debut contra Ferro. Imaginate, yo me lo pasaba todo el día en el club pero tenía el compromiso asumido con Nelson y la gente de Independiente por lo que jugué.
Entré como defensor y ganamos 1 a 0. La verdad, jugué muy buen partido y ese gran amigo que es Oscar Monaco, días después, le decía a los dirigentes de Ferroviario “ustedes le dieron el pase a Jorge y él solo paró a nuestros delanteros.
Segundo problema. Yo iba todos los días a Ferroviario pero después de este partido era difícil para mí concurrir a la sede pues no sabía cómo iba a reaccionar la gente del club. Al lunes siguiente fui como si nada hubiese pasado y nunca nadie me reprochó nada”.
Cabe destacar, que gran parte de ese torneo Jorge lo desarrolló jugando como delantero, su puesto habitual por aquellos años en aquel Independiente de comienzos de los ’70 salía a la cancha con Ponce; Membrilla, Vitral, Gens y ‘Agüita’ Fiorentino; Juan Gregorini, Héctor Membrilla y Arsenio Sutil; Orlando Hoffman, Rubén ‘Tata’ Vargas y Jorge Cruz. También alternaban Gorozo, Canavesse, Cajaravilla, Vallejos, Eduardo Basualdo y Larocca, entre otros.

Oscar Monaco nos cuenta la otra parte de la historia: “En Ferroviario jugué desde 1958, me inicié en el baby fútbol y estuve por casi 20 años en ese club, desde los 12 a los 32 años.
Con once años, iba a la Escuela Nº 7, se jugaban unos torneos nocturnos de baby en la vieja cancha de la Liga (se encontraba emplazada en la manzana donde actualmente se encuentra ubicada la Escuela Normal de Ayacucho) en donde se llenaba de gente y en el cual jugaban jugadores como ‘Garrincha’ (el hermano de Agüita’ Fiorentino), el ‘Negro’ Roldán y yo jugaba para la Escuela Nº 7 junto a ‘Bocha’ García y ‘Beto’ Soler.
Al año siguiente nos fichamos los tres para Ferroviario cuya sede se encontraba en la avenida Solanet, pero no donde está ahora sino en un local donde actualmente hay una panadería y se lo conocía como la Fraternidad Ferroviaria. Nosotros concurríamos a jugar al billargol y ahí nos ficharon.
Jugué en las divisiones infantiles hasta llegar a la Tercera y de ahí el salto a Primera. A la 2ª división se la denominaba ‘la Segunda de fierro’, pero era para jugadores que ya no jugaban más en Primera y estaban por retirarse de la actividad o algún lesionado que estaba recuperándose.
Si te fijás bien, la foto está pintada. Lo hacía un muchacho, Aniceto Hernández, que era fotógrafo y tenía su local de fotografía al lado de donde hoy está el comercio de Alberto Volontín en calle Irigoyen al 700. Él fotografiaba a los jugadores antes de los partidos y después las ‘retocaba’, las pintaba, un trabajo bárbaro.
Salvo un paréntesis de dos años entre 1972 y 1973, en donde jugué en General Belgrano y en Estudiantes de nuestra ciudad (1974), toda mi carrera la hice en Ferroviario, club del que guardo los mejores recuerdos”.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Recuerdos de nuestro fútbol agrario: Armando Arata

Año movido fue aquel 1964. En el panorama político mundial Panamá rompía relaciones diplomáticas con EE. UU., China hacía explotar una bomba atómica en Sinkiang, Argentina ingresaba en la guerra de la frontera de Sudáfrica a favor de EE.UU., nacían en Colombia las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y en Brasil, el ejército derrocaba al presidente João Goulart, inaugurando 21 años de sangrienta dictadura. 

En la música tres hechos destacados signaban aquel año: en EE. UU., el grupo británico The Beatles alcanza por primera vez el primer lugar en las listas discográficas, con la canción “Quiero tener tu mano”; en Inglaterra nace la mítica banda de rock psicodélico Pink Floyd y el músico estadounidense, de origen judío, Paul Simon escribía la maravillosa canción “Los sonidos del silencio”.

En ese ajetreado 1964 la Selección Argentina de fútbol conquistaba, de manera invicta, la Copa de las Naciones organizada por la Confederación Brasileña, para conmemorar su Cincuentenario venciendo por 3 a 0 a Brasil (doble campeón del mundo) y a Inglaterra. Un hito de nuestro fútbol.

No ajenos a esos sucesos, en ese mismo año un grupo de productores agrarios del Partido de Tandil funda la Liga Agraria de Fútbol Zona La Boca, denominada así en homenaje a un paraje próximo a Tandil, que era conocido con el nombre La Boca.

Si bien no es fácil establecer una línea cronológica de la evolución del fútbol agrario de esta entidad, hay dos datos que son ineludibles: año tras año, esta entidad logró hacer de su crecimiento una eterna costumbre y conquistó la adhesión de los productores de la zona.

De sus seis equipos fundadores -La Pastora, Los Huesos, El Amanecer, Paulo Acosta, Santa Teresa e Iraola- surgió la semilla que hizo trascender a una liga que en sus comienzos, y aún por varios años, sólo aceptó entre sus filas a los chacareros.

Fue precisamente el entusiasmo de los hombres de campo, que llegaban hasta la cancha a caballo o en tractor, lo que provocó una rápida difusión y multiplicación de los equipos, a tal punto, que en la actualidad la Liga agraria agrupa a catorce.

Años atrás, dos clubes de neta raigambre campesina en nuestro Partido, “El Pensamiento” de Cangallo y “Bernardino Rivadavia” de La Constancia fueron protagonistas de este Torneo Agrario. 

Bernardino Rivadavia de La Constancia (1971)
Parados (izq. a der.): Rodolfo 'Chispa' Heredia, 'Yoyi' Cichero, 'Nino' Muguruza, Julio Zunino, Rodolfo Burgos, Remigio Muguruza y Alberto Díaz.
Hincados (izq. a der.): Maitía, Miguel Ledesma, Acosta, 'Chiquito' Muguruza, Darío Heredia y Armando Arata.

Fundamentalmente Cangallo compitió con suceso en alguna temporada en este torneo agrario, reforzándose con jugadores de Tandil. Si bien no podemos precisar la fecha exacta en que estos dos clubes dejaron de participar en él, La Constancia jugó hasta 1984 y Cangallo prosiguió representando a nuestro Partido en este certamen de carácter agrario hasta 1992 aproximadamente.

A fin de rescatar del pasado algunos datos y anécdotas de aquellos años, entrevistamos a nuestro amigo Armando “El talibán” Arata (1º desde la derecha en la foto de arriba) quien jugó en los dos equipos citados y también en Iraola (equipo representativo de la estación ubicada en el Partido de Tandil y denominada así en memoria de Martín P. Iraola (1835-1877), hacendado, legislador y miembro de la Municipalidad de Buenos Aires) en esta liga amateur quien mantiene vivos aquellos gratos recuerdos: "Inicialmente el torneo agrario se jugaba con el sistema 'todos contra todos', luego se hicieron zonas por una cuestión de cercanía geográfica dado que el traslado empezó a costar mucho. Por ejemplo nosotros (La Constancia) estábamos en una zona junto a Cangallo, Las Toscas, Fulton e Iraola, los que estábamos más cerca. Y en otra zona estaban El Hornero, Los Huesos, La Patria, Egaña, Gardey, Azucena, etc. y de esa manera los viajes eran menos costosos.
Era hermosa aquella época, se jugaba los domingos a la tarde y luego de los partidos se hacían tertulias familiares.
Lo más feo eran los caminos cuando teníamos que ir a jugar contra El Hornero, para el lado de Azul, cuatro puentes altos y muy angostos en donde apenas pasaba el colectivo. Si el rival era cercano, íbamos en auto pero si la distancia era importante se alquilaba un colectivo. La gente acompañaba, toda la familia estaba presente los domingos. De Ayacucho, se solían traer jugadores para reforzar los equipos, fundamentalmente en amistosos. Los Guisande (‘Pocho’ y su hermano el ‘Pato’) iban mucho a La Constancia, por ejemplo.

La Constancia (amistoso a comienzos de los '70)
Parados (izq. a der.): Suárez, Jorge 'Pato' Guisande, Heredia, 'Chiquito' Muguruza, Armando Arata y Darío Heredia.
Hincados (izq. a der.): Zunino, Luis Pérez, 'Manolo' Bordagaray, Althabe y Bordagaray.

El reglamento del Agrario era bastante estricto. Venías vos, por ejemplo de Azul, fichabas para Cangallo pero te dejaban jugar siempre y cuando acreditaras que hacía 6 meses que estabas trabajando en algún campo de la zona.
Así, únicamente, te dejaban jugar y cuando querías dejar de jugar en ese equipo tenías que hacerlo hasta una determinada fecha. No podías irte y jugar enseguida para cualquier otro equipo. Era bastante estricto.
Los equipos más fuertes eran De la Canal e Iraola y La Constancia tuvo un año un muy equipo con los Acosta que eran de Fulton, muy buen equipo que por ahí no acompañó mucho la dirigencia pues existían algunos problemas entre ellos.
En cambio, en Iraola, destacaba la unidad que tenían esos vascos. Eran todos de ahí y tiraban juntos para el mismo lado y siempre peleaban por los primeros lugares, De la Canal igual.
En el ’72 vine a jugar a Sarmiento, porque La Constancia me suspendió por un año. En un partido me pelee, tiré la camiseta y me dieron un año. Le hice la conversación de este tema a ‘Pocho’ Guisande quien me dice “¿y porqué no venís a Sarmiento para no perder el año?”.
Yo pensaba que, a través de la relación que yo también tenía con su hermano (‘Pato’), era para ir a jugar a Ferroviario, que no era para ir a Sarmiento. Yo pensaba que ‘Pocho’ me hacía un favor pero me fichó para Sarmiento. Venir a Sarmiento era como ir a jugar a Boca.

¿Cuándo iba a jugar con el equipo que tenía Sarmiento? La cuestión es que llego, Argentino García era el técnico, y jugué todo el Preparación de ese año. La cuestión que cuando vuelvo al fútbol agrario, año 1973, voy a Iraola, nunca más jugué en La Constancia y terminé jugando en Cangallo.

Iraola 1973
Parados (izq. a der.): Beltrachini, Duré, Estrada, Villalba, Saer y Arata.
Hincados (izq. a der.): Barbería, Yaravide, Barbieri, Godoy y Nolasco.

No sabés lo que eran los partidos La Constancia-Cangallo. Eran partidos a muerte y yo jugaba para Cangallo siendo de La Constancia, me gritaban de todo. Yo vivía en La Constancia, que siempre ganaba ese clásico, y era caminero ahí. Nosotros le hacíamos fuerza en el primer tiempo pero en el segundo tiempo no teníamos estado físico.
Eso también nos pasaba con otros equipos, le hacíamos fuerza en los primeros tiempos pero después nos ganaban porque físicamente caíamos mucho en el segundo tiempo, éramos puro fervor pero nos faltaba estado físico.
En Cangallo jugaban los famosos hermanos Muguruza, que en alguna época llegaron a conformar 10 jugadores con ese apellido en un equipo más un pariente. ‘Nino’ y ‘Chiquito’ Muguruza, hoy si tuvieran 20 años podrían jugar tranquilamente en cualquier equipo de Primera División de Buenos Aires. Además, Cangallo tuvo mucho apoyo a través de Don Vicente Cestona, que era el dueño del hotel “Euskalduna” en Tandil y era el Presidente del club.
Él aportaba mucho al club, además ponía plata y un año trajo muy buenos jugadores de Tandil que se encontraban allí haciendo la conscripción y armó un equipazo. Si mal no recuerdo, llegaron a la final frente a Napaleofú y era tan importante ese partido que se jugó en el estadio “General San Martín” de Tandil a cancha llena. Creo que ganó Cangallo y en ese equipo jugaban los Muguruza, Vanil, el ‘Tucumano’ Gómez, Berdugo, un arquero muy bueno -Montovio- que era de Tres Arroyos.
Los gastos de traslados, combustible, comida, etc. eran costeados por el club que organizaba rifas, y los comerciantes ayudaban. Por ejemplo el panadero Lorenzo colaboraba con pan, facturas y pizza y así cada comerciante en su rubro aportaba algo para ayudar a poder ir a jugar a todos lados.


Cangallo 1974
Parados (izq. a der.): Carlos Lasarte, 'Tata' Leguizamón, González, 'Mingo' Caín, Alberto Rodríguez y Armando Arata. 
Hincados (izq. a der.): Hugo Irazábal, Pérez, Bastarrica, 'Chiquito' Muguruza y Lasarte.

Siempre tuvimos suerte con el clima, pues si llovía era imposible ir a jugar pero una vez teníamos que ir a jugar a Las Toscas y por no dar toda la vuelta por Iraola pedimos permiso en un campo para ir por dentro y que el viaje fuera más corto. 
Yo tenía un amigo que era Ingeniero Agrónomo y era conocido del dueño del campo por donde debíamos pasar, pero resulta que el puestero era medio ‘plagón’. El tema es que mi amigo habla con uno de los hijos del dueño quien a su vez le transmite el mensaje al puestero: “mirá, el domingo van a venir unos muchachos de Cangallo que van a Las Toscas a jugar al fútbol dales permiso para pasar”. Sí, no hay problemas, voy a estar yo allá -le contesta.
Bueno, llegó el día, salimos todos para Las Toscas y pasamos por el campo pero a la vuelta ¡nos echaron candado! ¡¡Qué calentura!! Menos mal que nos atragantamos en la primer tranquera, contra la calle frente a lo de Yaravide, así que teníamos que dar toda la vuelta por Iraola.
No sabíamos que hacer, era tarde, uno de nuestro equipo, Oscar Inza, dice “vamos a pasar por casa”. La primera pasada que teníamos no era el campo de ellos, había que cruzar un zanjón que venía hasta el pico de agua, como un canal era, y ahí estábamos encajados a la una de la mañana en varios autos.
¿Sabés lo que hizo el muchacho de Inza? Se fue a pie hasta la casa a buscar el tractor, le quedaba como una legua y llegó y empezó a cruzar a todos los autos por el zanjón. Estaba re caliente, decía ¡Sinvergüenzas de mierda! Ellos habían echado candado sin darse cuenta que después tenían que pasar por la casa de él, sino no podían pasar para La Constancia, mirá que tontos. Así que fue una risa esa noche, ahora lo digo pero me acuerdo las mujeres esa noche con los chicos en los autos muertos de frío a las 2 de la mañana.
Lo que hizo decaer el interés por este tipo de torneos fue el despoblamiento que fue sufriendo lentamente el campo, tal vez a finales de los ‘70. Tampoco hay un semillero de nuevos jugadores en el campo, pues antes estaba también la Segunda División. Fue una época hermosa, guardo los mejores recuerdos de aquellos años".

Armando Arata recordando, tantos años después, sus vivencias en esta Liga de constante trascendencia para el fútbol de Tandil y de partidos como Ayacucho, Rauch, Necochea y Lobería, la Liga Agraria Zona La Boca, que aún conserva entre sus filas a un buen número de productores, es la excepción de una vieja norma de cualquier hincha, ya que aquí quien cuenta con las mayores expectativas siempre es la cosecha y no la tabla de posiciones.

lunes, 1 de noviembre de 2010

El 'Combinado' del 43

Seguramente esta fotografía traerá muchos y buenos recuerdos a los seguidores de esta columna. Los más viejos y memoriosos tienen de estas escenas sobrados motivos para recordar aquellos tiempos.

Corresponden al 'Combinado', como se llamaba en aquellos años a la Selección, que participaba en las recordadas copas "Adrián Beccar Varela" una especie, en estos momentos, de Torneos Regionales. 

Esta corresponde al año 1943 en que fue invitado a un Torneo de Educación Física que se realizó en Necochea, donde Ayacucho intervino llevando una plantilla que en aquellos tiempos era de primer nivel.

Vaya pues, para nuestros seguidores 'mayores' y también para aquellos que no tuvieron la posibilidad de verlos, el homenaje de esta columna.

Parados (izq. a der.): José P. Pintos ("vino Toro", padre del autor de este artículo) -referée-, 'Negro' Díaz, 'Gallito' Vázquez, Policarpo Álvarez, Faus, 'Pariche' Rodríguez, 'Choclo' Chinicola y Bernardino Poó (delegado)

Hincados (izq. a der.): 'Pocho' Pérez, 'Gringo' Varretone, 'Choclo chico' Chinicola, 'Tolo' Teruggi, 'Chino' Díaz y Raúl 'Pelusa' Cestona

Nuestra selección de 1943 posando en la playa de Necochea, en la fila superior, comenzando desde la izquierda, se pueden observar a Ángel T. Mani -7º- (Presidente de nuestra Liga entre 1939 y 1942 y un dirigente de avanzada para nuestro fútbol), José "vino Toro" Pintos -referée-, (12º) Raúl 'Pelusa' Cestona, (15º) 'Pariche Rodriguez' (17ª), y al final de la fila a Castor 'Tuco' Echevarría. En la fila de abajo (6º y 8º desde la izq.) a los hermanos Chinicola