viernes, 19 de noviembre de 2010

José 'Agüita' Fiorentino (Apinta/Ferroviarios/Sel. Balcarce - Balcarce) 1979/1983


Creado el 31 de Agosto de 1865, a partir de tierras entonces pertenecientes al Partido de Lobería, Balcarce originalmente comprendía los actuales partidos de Balcarce, General Pueyrredón y General Alvarado.

Su nombre homenajea a Don Antonio González de Balcarce (1774-1819) político y militar argentino destacado en la Guerra de Independencia de nuestro país y que ejerció brevemente como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

La serrana ciudad de Balcarce recibió a fines de la década del 70’ a un hijo de Ayacucho para defender los colores de esa selección así como de los clubes Apinta y Ferroviarios. Es José ‘Agüita’ Fiorentino, a quien consultamos acerca de esa vivencia en esta ciudad distante a 91 km. de Ayacucho, quien esto nos decía:

¿Cómo llegás al fútbol de Balcarce?

Llego a Balcarce por intermedio de Daniel Fernández, quien era encargado en nuestra ciudad de “Etchegaray Deportes” (donde hoy funciona “Ilusion’s Deportes”, el local de deportes de Gustavo Ceresa, en calle 25 de Mayo casi Irigoyen) que era la sucursal de la casa del mismo nombre que había en Balcarce. Daniel era el ‘2’ de la selección de Balcarce.
De Balcarce tengo los mejores recuerdos y los amigos que dejé ahí. Jugué 5 años, primero jugué en Apinta, recuerdo que jugaba por dos bolsas de papa ¡no sabés como comía puré!" (risas). Luego jugué un año en Ferroviarios y en la Selección de Balcarce.
En un partido jugado en Necochea, con la selección balcarceña, donde ganamos 4 a 2, en una jugada yo gambeteo a 7 jugadores, me abro un poco, le pego con el talón y le grito el gol a la hinchada que se venía abajo. Vuelvo la vista atrás para ver como entraba la pelota y esta había dado en el palo y había salido afuera. El técnico casi me mató ese día. Me decía
“vos viniste a Balcarce a robar la plata, sos un ladrón, mugriento”.
Mi propio técnico me decía eso, argumentando que yo podría haberme metido dentro del arco con pelota y todo. Y la había querido hacer con todos los ‘chiches’ ¡si había gambeteado siete tipos! Él tenía razón, pero después cuando había terminado el partido y ya estábamos cenando me abrazaba y me decía “Agua, sos un fenómeno, sos un fenómeno hermano, porque gambetear siete tipos del área tuya al arco contrario muy pocas veces se ve”. Casi me mató.
Estuve cinco años en Balcarce de los cuales jugué en Apinta y en Ferroviarios y un año en la selección de Balcarce en donde logramos una racha de doce victorias seguidas, sin perder ningún partido. Donde íbamos a jugar ganábamos. Los muchachos tenían un Peugeot 403 con techo corredizo, preparado, cuando terminaba el partido me alzaban -yo con las pilchas de fútbol- me subían al auto, le corrían el techo, yo me paraba, me asomaba por ahí y nos paseaban por todo Balcarce. La gente salía a las calles y gritaba ¡Ayacucho! ¡Ayacucho! No sabés lo que yo estaba jugando en esa época.
Oscar ‘Chivo’ Álvarez era el ‘3’ de la selección de Balcarce, había jugado cinco Nacionales con Aldosivi de Mar del Plata. Fue también el ‘3’ Tandil en la época mía en la selección de Ayacucho. Cuando caigo en Balcarce él era el ‘3’ indiscutido de esa selección, cuando me ven jugar a mí, que juego el primer partido en Apinta ¿qué hacen? Lo sacan al ‘Chivo’ para ponerme a mí. Yo en ese tiempo era una bala, tenía una velocidad bárbara. Le saqué el puesto ¿qué hicieron entonces? Lo pusieron a él de ‘10’ que era más técnico que yo. Entonces, para aprovechar que él sabía más con la pelota lo metieron en el medio. Entonces, estaba él que sabía de marca y yo atrás ¿quién iba a pasar? Jugaba el ‘Búho’ Bustos de ‘11’, el ‘Chivo’ de ‘10’ y yo de ‘3’.

Oscar 'Chivo' Álvarez

El ‘Chivo’ entretenía el juego y yo pasaba por afuera, pero sin mirarlo. Él era zurdo y le quedaba mal el perfil, pero yo pasaba como una bala por detrás de él y él me metía el pelotazo con tres dedos y la pelota me caía siempre justa al fondo para hacer el centro atrás ¡los goles que hizo Daniel Vidal de cabeza! El secreto es simple si vos vas hasta el fondo y tirás el centro bien pasado, quien entra por atrás prácticamente se choca la pelota. El cabezazo es una patada. Esa jugada la hacía también con la selección de Ayacucho.

¿Qué partido recordás como el mejor que hayas jugado?

Que se yo, en Balcarce hice campañas muy buenas, capaz que de lo mejor de mi carrera. Yo ahí estaba muy bien. Recuerdo que una vez se jugaba una semifinal Mar del Plata-Balcarce, y había llovido, jugábamos en el desaparecido estadio “General San Martín”, y ellos tenían al ‘Negro’ López, era wing derecho, que había ‘zarandeado’ a Dios y a María Santísima. Era un jugador de primera línea.
Bueno, se juega la semifinal y a mí me toca jugar frente a él, a quien ya había visto Alberto J. Armando, por entonces Presidente de Boca Juniors para llevarlo, al otro día, a La Candela (complejo de entrenamiento que poseía el club de la Ribera a mediados de los ’70) y escucho al ‘Cucho’ (Alejandro Mascareño, jugó 16 partidos en 1974 para el Racing Club de Avellaneda), que era el ‘4’ de Balcarce que me dice: “Agua, te toca bailar con la más fea”.
 

“Y bueno, hermano, esto es un juego” -le respondí.

“De yapa -me dice- la cancha está embarrada y el ‘Negro’ los ha ‘zarandeado’ a todos”.

Y a mí se me prende la luz, porque yo era muy perro cuando más lo pudiera hacer ‘calentar’ al rival, mejor, cuando más me pegaban mejor, porque yo sabía que si el rival me pegaba, él tampoco jugaba. El problema es cuando el otro juega tranquilo, vos lo que tenés que hacer es lograr que el contrario se enloquezca. En el fútbol o en cualquier otro deporte vale mucho lo psicológico, yo con mirarte ya te hacía ‘calentar’.
Bueno, te sigo contando, me dice ‘Cucho’ "¿vos que botines tenés?"

Los míos -le contesto-

No, ¿de cuántos tapones? La cancha está pesada.

De 13 tapones.

Bueno, vamos a hacer una cosa -me dice- ¿no te andarán los míos?

Y mirá que yo tengo la ‘patita’ chiquita, yo calzo 38.

Y los míos serán 39 -me contesta.

A ver, traémelos.

Me los dio. Me los probé, me puse dos pares de medias, más las vendas y más o menos los llenaba. El cambio obedecía a que los botines de ‘Cucho’ eran de seis tapones y se cargaban menos de barro, por lógica eran más livianos y me permitía girar y frenar mucho más fácil.
Entonces le pregunto ¿Vos lo viste jugar?

Sí, los ‘zarandea’ a todos.

Y decime una cosa ¿es más ligero que yo?

Y se quedó pensando. “No, Agua, no es más ligero que vos”.

¿'Cucho' vos estás seguro que el ‘Negro’ no es más ligero que yo?

No, que te va a ganar a vos!

Bueno, entonces decile al ‘Negro’ López que dije yo, que no entre a la cancha porque lo voy a hacer llorar.

Así le dije a Mascareño en el vestuario.

Y ahora vas a ver. Porque yo me caliento, igual los agarraba con los dientes, los pellizcaba… Para que se calentaran. Si me habrá retado ‘Chichilo’ Echavarría para que los dejara tranquilos, que me iban a echar.
Bueno. Arranca el partido. Entonces yo digo ‘si este es tan rápido como dicen la primer jugada va a salir para el lado mío’. Yo me la estaba esperando. Y salió.
Movieron del medio y zas ¡pelotazo a mi espalda! Y el ‘Negro’ por afuera que tiraba cada centro que era un espectáculo. Lo que jugaba. Entonces, cuando yo me avivo, él arranca y yo no estaba de frente a él, yo ya me había puesto de costado para salir junto con él. La cuestión es que salimos juntos, llegamos al banderín del córner a codazo limpio. Él me pegaba uno y yo le pegaba otro. Habilísimo.
Cuando él llega al banderín del córner y yo miro la raya de fondo que ya nos salíamos de la cancha, yo sabía que iba a tirar el centro, entonces me tiro acostado apoyando la mano en el piso pero dejo estirada la pierna para impedirle el centro. Lo tira y se traba el pie contra mi suela.
No sabés lo que gritaba ese negro. ¡Petiso mañero hijo de puta! ¡Te mato hijo de puta! ¡Borrate que te mato!

Me decía de todo.

Yo me le reía en la cara, le preguntaba ¿quién te dijo que jugás al fútbol vos? Si vos no jugaste nunca, negro pelotudo. ¿Vos sabés con quien estás jugando? No seas boludo, ¿no ves que te están mirando todos?
Al rato, otra jugada igual. Otro pelotazo. Estaba por ahí el juego. Le vuelvo a ganar, pero ahí le gané solo, llego yo primero a la pelota, amago dársela al arquero y él encara, giro, él pasa de largo y muevo, yo era rápido, y a la pasada le digo ¿qué te parece Negro? ¿juego un poquito no? (risas)
Sigue el partido y en los últimos minutos el referí dice: “Señores, dos minutos” y levanta los dos dedos señalando el tiempo que había dado de descuento. Nosotros perdíamos 2 a 1, en esos dos minutos penal para Balcarce. Y patea Daniel Fernández que era técnico con la pelota, mucha clase. Calculá, penal faltando dos minutos, después la revancha en Balcarce, los hacíamos pedazos. Toma carrera Daniel y le pega con fuerza y le pelota se va por arriba del travesaño, pero altísimo. Igual que en el rugby. Nos quedamos todos mirándolo, no podía haberlo pateado tan mal. Y perdimos 2 a 1.
Cuando termina el partido y ya nos íbamos al túnel, siento que el ‘Negro’ López me llama.

‘Petiso’ vení...

Yo pensaba, este me va a meter una piña y yo me arrimaba pero no me le confiaba. Me acerco, me estira la mano y me dice “me cortaste la carrera”.

No ‘Negro’, un partido como cualquiera -le contesto.

No -dice-, marcadores como vos aquí no hay y a mí ningún marcador me pudo marcar. Hoy me cortás la carrera, y sabés porqué te lo digo. Mirá, ahí está Alberto J. Armando, mañana me llevaba a La Candela.

En resumen, el ‘Negro’ fue a Boca, hizo tres prácticas y lo mandaron de vuelta. Tenía razón, yo le había cortado la carrera.

Venimos el domingo siguiente a Balcarce y nosotros estábamos concentrados en el Hotel Balcarce, arriba, en el sexto piso. No sabés lo que fue ese partido revancha con Mar del Plata que tenía un equipazo, jugaba el ‘Negro’ Loyola, el ‘Colorado’ Eresuma, etc.
Bueno, empieza el partido y hay gol de Mar del Plata. Empatamos nosotros y al rato penal para Mar del Plata. Lo va a tirar el ‘Chivo’ Álvarez, que a su vez estaba jugando en Aldosivi de Mar del Plata, pero era balcarceño y se acerca y le dice nuestro arquero, Vega, ‘tirate a aquel palo, te la tiro ahí’.
¿Qué hizo Vega? No le creyó. Se largó para el otro lado al que le dijo el ‘Chivo’ y la pelota entró despacito junto al palo que le había indicado el ejecutor. Quedamos afuera, sino íbamos a San Juan a jugar otra instancia. El ‘Chivo’ era balcarceño y no quería ganarle.

Agüita, abajo, 3º desde la derecha, defendiendo los colores de la Selección de Balcarce a comienzos de la década del '80

Cuando terminó este torneo, me vinieron a ver de Independiente de Mar del Plata para llevarme, pero no quise ir. Yo andaba muy bien en ese momento.
Mirá la locura que yo tengo por el fútbol, que cuando estaba en la selección de Balcarce estábamos concentrados en el sexto piso del Hotel “Balcarce” y a mí me hacían dormir en la misma habitación que el técnico, que era ‘Pirucho’ Elizalde, hay muchos de mis ex compañeros vivos en Balcarce, lo pueden averiguar, yo me levantaba a las 2 de la mañana, a las 3 de la mañana, me vestía con ropa de fútbol como para salir a la cancha, así como te la cuento, y empezaba a caminar por el pasillo del hotel, iba y venía. Se levantaba ‘Pirucho’, me retaba y me mandaba a dormir "Pero paisano ¿qué andás haciendo? ¿viniste a caballo? ¡Andá a acostarte!" Y yo andaba vestido de jugador a las 3 de la mañana porque no podía aguantar. 
Ni dormía...

El testimonio claro, sin nada que ocultar, de este apasionado del fútbol que dejó bien sentado el nombre de Ayacucho en la ciudad de Balcarce, donde supo ganarse muchos amigos que aún hoy lo recuerdan con mucho cariño y que no olvidan su entrega en un campo de fútbol.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un placer poder leer un poco de historia futbolera de usted se preguntara quien soy soy hijo de un compañero de selección de un tal Oscar "búho"bustos.

Totonet dijo...

Muchas gracias por la visita a la página. Para Agüita no pasan los años, está bárbaro. Le comentaré de tus saludos.
Un abrazo.
Eduardo