Tiempo atrás, publicábamos un artículo del desaparecido semanario “Calle/7” en el cual a través de una encuesta popular se elegía la Selección ayacuchense de todos los tiempos.
En la misma, el jugador que más votos logró fue Pedro “El Chileno” Barraza, jugador que arribó a nuestra ciudad en tren, proveniente de Chile, en 1926 y de ahí el erróneo apodo de ‘Chileno’ a pesar de su origen mendocino.
Llegado a Ayacucho y ni bien mostró sus aptitudes futbolísticas, jugó unos pocos partidos en Racing y en Independiente para recalar en el que sería el club de toda su vida, Defensores.
En el año 1958 el semanario ayacuchense “Mundo mejor” publica una entrevista realizada por esa publicación a este virtuoso mediocampista que reprodujo “Calle/7” tras la encuesta mencionada que contó con 322 votantes y cuyos resultados fueron anunciados en la edición del martes 9 de Noviembre de 1993.
A continuación reproducimos esa entrevista y al final de la misma unas palabras de uno de sus hijos, Edelmiro, quien gentilmente se prestó a nuestra requisitoria sobre, tal vez, el mejor jugador que pisó nuestras canchas: Pedro “El Chileno” Barraza.
Extraemos del primer número del semanario "Mundo mejor", un reportaje publicado en un espacio exclusivamente dedicado entonces a las figuras de nuestro fútbol de antaño. En ella habla Pedro "el chileno" Barraza. El mejor.
Este rincón deportivo estará dedicado a las figuras veteranas, que fueron, con su paso por las canchas, el punto de partida de esta pasión de un vasto sector ciudadano: el fútbol. Rememoraremos nombres y hechos del pasado, en la creencia que eso será de interés no solamente de quienes fueron actores o espectadores, sino también para los que en la actualidad siguen de cerca el más popular de los deportes.
Iniciaremos esta Sección con quien sin dudas fue la máxima expresión futbolística: Pedro Barraza, ‘el Chileno’, nombre que evoca un compendio de sutilezas, ingenio, caballerosidad y amor por su divisa, que hoy tanto añoramos.
Lo encontramos amable y puntual, en la Secretaría de su amado Club Defensores, y comenzamos de inmediato el reportaje:
¿En qué año comenzó a jugar en Defensores?
Justo en el mismo año que llegué a esta ciudad, 1926. Yo estaba practicando en la vieja cancha defensorista donde hoy se encuentra el Barrio Obrero y se me apersonó don Guerino Baldini, quien me presentó al Club, jugando en el mismo hasta mi retiro, en el año 1942.
En su larga temporada deportiva, ¿recuerda el equipo que le dio mayores satisfacciones?
Efectivamente, no olvidaré al que con justicia llamaron “Ventarrón de la zona”, por batir a todos los rivales, y especialmente después de ganar a Huracán de Juárez. Formaba así: Flematti; Castro y ‘Ducho’ García; José Contino, Marzico y De Jesús; Brión, ‘Falo’ D'Elías, el que te habla, José Aiello y Juan Dufard.
¿Qué jugador admiró por su corrección y tecnicismo?
Entre mis compañeros a Julio De Jesús y de los rivales a ‘Chichín’ Pérez.
¿En qué puesto jugó y quiénes fueron los jugadores de más difícil control?
Hasta que llegó De Jesús a Defensores, jugué de centro half y luego pasé al centro de la línea delantera. Como defensor era una pesadilla cuando me tocaba enfrentar a ‘Paleta’ Tibiletti, por la ligereza y movimientos de cuerpo. Como delantero, el que me ofreció mayor reparo fue Oscar Albano, de quién aún conservo una amable ‘caricia’ hecha desde ya, sin ninguna mala intención.
¿Cuál fue su mejor partido?
Creo que fue contra Independiente de Maipú, en ésta. Nos ganaban 3 a 0 al terminar el primer tiempo. Como tenían una defensa muy cerrada, en el descanso le dije al ‘Negro’ Aiello: “Cuando agarré la pelota en vez de avanzar yo voy a retroceder, pero vos dispara para el área, que una vez que los tenga amontonados en el centro de la cancha te la cortaré”. Así fue, varias cortadas que terminaron en goles del ‘Negro’. Ganamos 4 a 3.
¿Recuerda cuál fue su mejor gol?
Goles hice muy pocos, pues no era mi característica, ya que carecía de shot, pero recuerdo un penal que le convertí a Miguel Ángel Iriarte, arquero de Atlético. Le amagué a la derecha y él se tiró rapidísimo hacia ese lado; una vez en el suelo, se la coloqué a la izquierda, rozando sus botines, ante su desesperación y la grita del público.
¿Recibió muchas satisfacciones en la práctica de este deporte?
Innumerables y en todo orden. Soy un agradecido del fútbol; me brindó la oportunidad de recibir no solamente atenciones de todos los compañeros sino que también de los rivales y del público en general. En particular si usted me lo permite desearía expresar una vez más el agradecimiento sincero para todos los dirigentes y amigos del Club Defensores, que por muchos años fueron mi sostén. No podré olvidar jamás lo que han hecho por mí.
¿Recuerda alguna anécdota?
Jugábamos contra Sport Club y ante un avance nuestro despeja el centro half, Antonio Simonetti, con un tremendo taponazo; ‘Torino’ Aiello que entraba a la carrera salto asustado dándose vuelta y tapándose la cara para evitar el pelotazo, pero la pelota le pega en los talones y sale como bala hacia el arco incrustándose en el ángulo ante la sorpresa general. Fue todo un golazo... de la casualidad.
Con un emocionado apretón de manos, nos despedimos de Pedro Barraza, en la creencia de haber vivido unos momentos de gloria del pasado futbolístico.
El testimonio de su hijo Edelmiro
"Papá (foto) era nacido en San Rafael, Mendoza, el 21 de Mayo de 1899, llegó a Ayacucho con 27 años, procedente de Chile. Él vino de ‘croto’ junto a diez chilenos, él se quedó con uno de mala fama llamado Alberto Vivanco, era un malevo, al que después mataron en una pelea y los otros ocho chilenos se volvieron. Incluso papá, sin tener nada que ver llegó a caer preso por andar junto a Vivanco.
¿Cómo era como padre?
No es porque haya sido mi padre, pero qué persona buena era. Yo me sabía pelear con alguno en la cancha, con mis primos, etc. papá llegaba al mediodía a casa y mamá le contaba lo sucedido. Entonces me llamaba “Flaco, vení” y salíamos a caminar, a dar la vuelta manzana a la cancha y cuando yo venía llegando a casa seguro que venía llorando a moco tendido por lo que me había hablado y por como lo había hecho. ¡Qué padre! Las sabía todas.
¿Usted lo vio jugar?
Lo ví de grande, él tenía 52 años. Nosotros vivíamos en la cancha de la Liga, nacimos y nos criamos ahí, todos nosotros jugábamos al fútbol. Era aterrador lo que pateaba mi hermano Alberto, (‘Cacho’, ex Municipal, ya fallecido), aterrador por la potencia y otro gran jugador, de ‘5’ también fue mi hermano Jacinto (‘Tito’), muy buen jugador.
Papá siempre jugó en Defensores y siempre fue muy agradecido de lo que el club le brindó. Jugaba con muchachos como ‘Rolo’ Santos, Julio De Jesús, el Dr. Jorge Bazterrechea, el ‘Flaco’ Pintos, etc.
¿En qué puesto jugaba?
El era número ‘5’ pero podía jugar también en otros puestos, había que ver lo que jugaba. Los que juegan ahora no sirven ni para atarle los zapatos, tenías que ver que la habilidad que tenía ¡qué habilidad!
Me contaba, gente muerta ya, como el desaparecido ‘Manchao Viera’, que cuando llegó un día a jugar al fútbol a una canchita del barrio 'El Perejil' "lo tomábamos para la risa 'que va a hacer este flaco piojoso', 'le vamos a dar un baile bárbaro'. Resulta que se quedaron todos con la boca abierta. Que baile nos pegó él a nosotros, a todos, un espectáculo lo que jugaba aquel hombre".
Él le decía al ‘Negro’ Aiello, a quien yo conocí, “cuando yo agarre la pelota, vos dispará para adelante”. Creo que en 44 partidos el ‘Negro’ Aiello hizo 43 goles, gran parte de ellos a instancias de mi padre, pero era goleador el ‘Negro’.
¿En esa época la gente iba a la cancha?
Vos no tenés idea, nada que ver con la que va hoy. Nosotros, con mi hermano ‘Cacho’, los domingos previo al partido subíamos al corralón de la vieja cancha de la Liga y poníamos las banderas en la puerta de la cancha, donde estaban las boleterías, y ya a la una de la tarde estaba abarrotado de gente, los sábados igual. ¡Qué entusiasmo! Ni hablar cuando jugaba “la segunda de fierro” (denominación que se le daba por aquellos años a la 2ª división del Sport Club).
Antes era una ‘panzada’ de fútbol. Fútbol de la mañana a la noche, recuerdo que en donde está hoy “Repuestos Lorenzo” en Av. Solanet, eso era una cancha y jugábamos los sábados a partir de las 2 de la tarde y éramos jugadores para un lado y 50 para el otro.
(agradezco a Edelmiro Barraza y a "Calle/7" por el material para poder realizar este artículo)
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