Fue por el viejo y añorado "Campeonato Argentino" donde el equipo local, dirigido por el "Maestro" Miguel Ángel Dodero, logró alcanzar las máximas instancias de la Provincia de Buenos Aires.
Por estos días se cumplen cuarenta y tres años de aquellos enfervorizados partidos con Tres Arroyos, precisamente quien eliminara a Ayacucho, desde nuestra columna del recuerdo queremos hoy evocar a ese equipo y una campaña que convocaba a todo un pueblo.
Ayacucho venía agrandado por la campaña anterior del 66' donde había eliminado a Tandil en nuestro estadio goleándolo por 4 a 1, luego a Benito Juárez y quedando eliminado en aquel recordado alargue con Azul.
Llegamos al Argentino del 68'; ya se habían retirado del Torneo anterior Santos, Crosta y Diz y habían llegado el arquero Galelli que venía de Dock Sud, Balasanian de Platense y Atlanta, Domínguez de Gral. Lamadrid (hermano menor del arquero Rogelio), De Mattei de San Telmo y Miguel Ángel Vidal de Huracán y Racing y fue el Nº 3 titular de la Selección Argentina que ganó la Copa de las Naciones en Brasil en 1964.
El debut fue en Balcarce como visitante donde se ganó 2 a 1 y luego 1 a 0 aquí, después Necochea donde se empató 1 a 1 en el Estadio ‘de las Aguas Corrientes’ con mucha gente de Ayacucho; en la revancha aquí se ganó ajustadamente con un gol raro; rechazo desde la media cancha de Próspero, la pelota que rebota en el travesaño y "Pocho" Guisande, que acompañaba, la empujó al gol y la locura de la ciudad que salió a la calle a festejar.
Dolores era el rival que venía; en la ciudad de los Tribunales ganamos 2 a 1 y la revancha aquí fue un durísimo 0 a 0, el día que debutó Miguel Ángel Vidal.
Fuimos a Coronel Pringles, y Ayacucho se trajo un valioso triunfo por 2 a 1 para después empatar aquí 1 a 1.
Y llegaron los cuartos de final y nos tocó Tres Arroyos. Estadio repleto como pocas veces hemos visto y un apretado triunfo local por 1 a 0 con gol de penal del ‘petiso’ De Mattei cuando faltaban 10 minutos para el cierre y entonces la consigna fue "copar" Tres Arroyos, porque según comentarios "la mano venía fulera", aunque aquella Selección venía de sortear varios rivales por el recurso "de la moneda" antes de sendos empates o perder de visitante y ganar adentro.
Autos, camiones, colectivos y hasta un tren fletado especialmente para el trayecto Ayacucho-Tres Arroyos y vuelta, daban la pauta que varios cientos de ayacuchenses acompañarían al equipo.
Y fue así nomás, en el Estadio del Club Huracán y con terrible presión para la terna arbitral, Ayacucho con la ventaja del triunfo como local, pudo aguantar muy bien durante casi todo el partido.
Cuando restaba poco para el final, una pelota que había salido al lateral, el línea no la dio afuera, y nuestra defensa que se durmió, desembocó en el único tanto del partido y entonces hubo que ir a los penales.
En el último penal, el chiquito De Mattei infalible desde los doce pasos, hizo rebotar el balón en el travesaño y allí quedó sellada la historia para Ayacucho.
Fue una espectacular campaña que terminó en Tres Arroyos de una manera injusta para nosotros, porque Ayacucho era futbolísticamente más que su rival, y estaba en condiciones de pelear de igual a igual, las finales ante Tres Lomas, Mar del Plata y Bahía Blanca.
No pudo ser, pero todo eso quedó claro como no puede ser de otra manera, en la historia grande de nuestro fútbol lugareño, que vivió partido a partido como una auténtica fiesta. ¡Han pasado 43 años!
Por estos días se cumplen cuarenta y tres años de aquellos enfervorizados partidos con Tres Arroyos, precisamente quien eliminara a Ayacucho, desde nuestra columna del recuerdo queremos hoy evocar a ese equipo y una campaña que convocaba a todo un pueblo.
Ayacucho venía agrandado por la campaña anterior del 66' donde había eliminado a Tandil en nuestro estadio goleándolo por 4 a 1, luego a Benito Juárez y quedando eliminado en aquel recordado alargue con Azul.
Llegamos al Argentino del 68'; ya se habían retirado del Torneo anterior Santos, Crosta y Diz y habían llegado el arquero Galelli que venía de Dock Sud, Balasanian de Platense y Atlanta, Domínguez de Gral. Lamadrid (hermano menor del arquero Rogelio), De Mattei de San Telmo y Miguel Ángel Vidal de Huracán y Racing y fue el Nº 3 titular de la Selección Argentina que ganó la Copa de las Naciones en Brasil en 1964.
El debut fue en Balcarce como visitante donde se ganó 2 a 1 y luego 1 a 0 aquí, después Necochea donde se empató 1 a 1 en el Estadio ‘de las Aguas Corrientes’ con mucha gente de Ayacucho; en la revancha aquí se ganó ajustadamente con un gol raro; rechazo desde la media cancha de Próspero, la pelota que rebota en el travesaño y "Pocho" Guisande, que acompañaba, la empujó al gol y la locura de la ciudad que salió a la calle a festejar.
Dolores era el rival que venía; en la ciudad de los Tribunales ganamos 2 a 1 y la revancha aquí fue un durísimo 0 a 0, el día que debutó Miguel Ángel Vidal.
Fuimos a Coronel Pringles, y Ayacucho se trajo un valioso triunfo por 2 a 1 para después empatar aquí 1 a 1.
Y llegaron los cuartos de final y nos tocó Tres Arroyos. Estadio repleto como pocas veces hemos visto y un apretado triunfo local por 1 a 0 con gol de penal del ‘petiso’ De Mattei cuando faltaban 10 minutos para el cierre y entonces la consigna fue "copar" Tres Arroyos, porque según comentarios "la mano venía fulera", aunque aquella Selección venía de sortear varios rivales por el recurso "de la moneda" antes de sendos empates o perder de visitante y ganar adentro.
Autos, camiones, colectivos y hasta un tren fletado especialmente para el trayecto Ayacucho-Tres Arroyos y vuelta, daban la pauta que varios cientos de ayacuchenses acompañarían al equipo.
Y fue así nomás, en el Estadio del Club Huracán y con terrible presión para la terna arbitral, Ayacucho con la ventaja del triunfo como local, pudo aguantar muy bien durante casi todo el partido.
Cuando restaba poco para el final, una pelota que había salido al lateral, el línea no la dio afuera, y nuestra defensa que se durmió, desembocó en el único tanto del partido y entonces hubo que ir a los penales.
En el último penal, el chiquito De Mattei infalible desde los doce pasos, hizo rebotar el balón en el travesaño y allí quedó sellada la historia para Ayacucho.
Fue una espectacular campaña que terminó en Tres Arroyos de una manera injusta para nosotros, porque Ayacucho era futbolísticamente más que su rival, y estaba en condiciones de pelear de igual a igual, las finales ante Tres Lomas, Mar del Plata y Bahía Blanca.
No pudo ser, pero todo eso quedó claro como no puede ser de otra manera, en la historia grande de nuestro fútbol lugareño, que vivió partido a partido como una auténtica fiesta. ¡Han pasado 43 años!
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