lunes, 1 de agosto de 2011

Horacio Raúl Genín: 'Indio' tener gol (2ª parte)

Después de Ferrocarril Sud una breve vuelta a Estudiantes y la partida al fútbol de la Primera ‘B’ capitalina…

Sí, es así. El día que con Ayacucho le ganamos a Tandil viene Aldo Varales y se asoma por una ventanita del vestuario y me dice “Horacio no te vayas que te quieren ver”. Fue ahí que me presentó a Carlos Nai Foino. ¿Qué pasaba? Nai Foino vivía en Escalada y viajaba a Tandil pues hacía seguros en esa ciudad y llevó a Talleres un par de jugadores, Varales, etc.

(NOTA: Carlos Nai Foino, ex árbitro argentino, es recordado aún por el penal atajado de Roma a Delem de River Plate, en 1962, en que el arquero boquense se adelantó y contuvo el tiro del brasileño).

Nai Foino le dice a Aldo “Quiero ver a ese tipo”. Aldo me lleva hacia a él, yo sabía que era Nai Foino, un tipo de 1,90, y me pregunta “¿Querés jugar en Buenos Aires?” y acepté la propuesta.

Por esos tiempos, los bancos hacían equipos de fútbol para participar en los campeonatos internos y mi primo trabajaba en un Banco en Buenos Aires que tenía un equipo de fútbol. Un día me dice “¿Querés ir a trabajar al Banco? Habría que empezar de Ordenanza”. Sí, yo lo que quiero es laburar, a mí no me pesa laburar -le respondo. Yo ya venía a jugar al fútbol a Ayacucho, año 1970, con 20 años de edad.

Bueno, entre idas y venidas y que sí, que vamos, que no, era finales del ‘72, comienzos del ‘73 cuando ya tengo decidido irme a Buenos Aires a trabajar al banco. Cuando entro a trabajar, un 2 de Enero de 1973, es cuando me ve Nai Foino en Tandil y me ofrece llevarme a Talleres de Remedios de Escalada.

Él me dice “¿Qué hacés pibe? ¿Trabajás?” Sí, en un Banco -respondo. “¿Y trabajás de mañana?” No, trabajo de tarde. “Bueno, yo voy a hablar con tu Gerente porque necesitamos que trabajes de mañana para venir a entrenar”.

Justo el Gerente mío, de General Belgrano, fanático de Boca a muerte, cuando Nai Foino va a hablar con él lo recuerda por aquel suceso de 1962 en la Bombonera y me concede un horario especial. Yo trabajaba de mañana y a la tarde entrenaba, hacía 2 ó 3 cositas ahí en el Banco, me habían acomodado, estaba bien, así que tenía el sueldo del Banco y tenía el sueldito del fútbol de Ayacucho que ayudaba.

El famoso penal que Roma le atajó a Delem en 1962, el árbitro Nai Foino contempla la escena

La cuestión es que me puso ahí en Talleres, debuté contra Tigre, y ganamos 3 a 1 y yo no tenía pretemporada, no tenía nada e hice un gol de cabeza, jugué medio tiempo y diez minutos del segundo, me caía a pedazos.

Después cuando me cambian el horario en el banco para que pueda entrenar de tarde yo veía chicos que subían la tribuna con una bolsa de arena. Eran pibes de la 3ª que hacían la pretemporada, yo no entendía nada. Ya ahí era profesional.

Yo pensaba que después de ducharme me daban la plata de los premios “No Genín, los premios se cobraban los jueves”. Talleres era un club fuerte socialmente aunque ahora se haya caído un poco en esa faceta.

Recuerdo que yo tenía un amigo que tenía una quinta en General Belgrano y un día le digo a nuestro DT, Juan Carlos Montaño, “Juan Carlos no quiere ir a Belgrano un fin de semana, se quedan a dormir ahí y hacemos un partido”. Y fuimos, se hizo un asado, los tipos estaban enloquecidos y jugamos un amistoso contra Casa Bruno, un club de allá, en donde jugaba mi hermano ‘Grillo’ y mi primo ‘Picho’.

Foto del amistoso: Luis 'Picho' Genín (primo de Horacio y ex jugador de Gimnasia -LP-,
aquí con la camiseta de Casa Bruno), Oscar 'Guayaquil' Genín y Horacio con la casaca de Talleres (RE)

Así que ahí arranqué en la Primera ‘B’ y en el Banco, te imaginás, salía con los diarios, o manejaba ascensores, o preparaba café y ahí me fui acomodando, conociendo gente, etc. Eso fue en el Cooperativo Agrario, cuando este cierra me fui al Deustche Bank, en donde tenía un conocido, ahí hacía lo que era maestranza, poner la correspondencia en unas gavetas para que vengan los empleados, piso por piso, a retirarla.

Por entonces un empleado de Banco gozaba de un cierto status, se pagaba bien, era un trabajo estable…

Sí, además en ese tiempo yo ya iba en búsqueda de un trabajo seguro, en el fútbol hay un techo y después de eso no hay más.

Para que te des una idea, año 1978, yo tenía un Fiat 600, trabajaba, jugaba fútbol y eran dos entradas de un dinero que yo no podía gastar. Con esa plata lo primero que hice fue comprarle una casa a mi vieja, no teníamos casa nosotros, estaba la Ley de Desalojo, vivíamos en una casa frente al Colegio de Hermanas de General Belgrano y a esa casa la compré yo, después vino el auto y 2 ó 3 cosas más.

Volviendo a lo futbolístico, una muy buena experiencia en Talleres durante tres años (75/76/77) con 17 goles…

Sí, de ellos 11 fueron de cabeza, pero en 1977 nos fuimos al descenso contra Almagro en cancha de San Lorenzo, el viejo “Gasómetro”, perdimos 3 a 1.

Vos sabés tiempo antes que te vas al descenso. Empiezan las ‘internas’, que son terribles, porque el jugador ya sabe que se va y algunos salen disparados para ver qué relación le quedó como para irse a otro club. Está el fantasma, pero no está el cuerpo. Estás polulando, esperando que el descenso venga mañana para ya pasado decir “Bueno, me voy a tal lado”.

Yo ya tenía determinado no jugar más al fútbol, así como otros jugadores se fueron, uno a Barranquilla, Colombia, a donde me habían prometido ir pero la que hoy es mi señora, y por entonces era mi novia, me dice “Horacio, si te vas a Colombia no nos vemos más”. Ella estaba estudiando abogacía y yo decidí seguir trabajando y quedarme.

Talleres de Remedios de Escalada 1975. En la fila de abajo, en el medio, Aldo Varales. Horacio, también abajo, 1º desde la derecha

Pero no te retirás y después pasás a Arsenal de Sarandí…

Ahí se me complicó un poco. El 20 de Noviembre de 1977 fallece mi cuñado y estábamos de vacaciones y nos reintegramos en Diciembre para hacer una charla con el técnico a ver qué jugadores quedaban en Talleres pues habíamos descendido a 1ª ‘C’.

De a uno fuimos pasando y cuando me toca el turno me dice que no me iba a tener en cuenta y me dice de una posibilidad para ir a Arsenal. En el tema del fútbol, en este caso de Primera ‘B’, si vos tenés un par de contactos o amigos te podés acomodar y el pase, no recuerdo bien, si fue un televisor y algo de plata lo que ahora equivaldría a unos $ 5.000.- Así que estuve un año en Arsenal y no fue una buena experiencia además tampoco era buena mi relación con el ‘Vasco’ Roberto Iturrieta quien era nuestro técnico.

Recuerdo que Julio Grondona, hoy Presidente de AFA, me dice “te voy a dar el pase libre ¿qué vas a hacer?”. No sé Don Julio -le digo. “¿Por qué no te vas a ver al ‘Toro’ Raffo de parte mía?” Raffo, ex jugador del Racing de José Pizzutti, estaba dirigiendo en Primera ‘B’ y allá fui con mi bolsito pero eran más ‘no’ que ‘sí’.

Él estaba junto al alambrado y me presento “vengo de parte de Julio Grondona” y me contesta “¿y cuándo podés venir?”. Y yo ando con el bolso... -le respondo, “¿y porqué no venís mañana o pasado?”. Y no fui más, y ahí me retiré y no jugué más al fútbol.

Yo sigo trabajando en el Banco y los íntimos sabían que yo jugaba al fútbol y había decidido no seguir jugando pero el Deustche Bank hace un equipo de fútbol y me llevan ahí. Me había quedado el estado físico y el fútbol de los sábados pero la vida de futbolista profesional terminó ahí.

Era el año 1979 y yo sabía que en el fútbol no había mucho más por hacer y que en el Banco, podía hacer una carrera y darle un futuro a mi familia. Por lo tanto dejé el fútbol profesional y me dediqué de lleno al trabajo bancario.

¿Te costó el retiro?

No. A veces me agarra un poco de nostalgia a la charla del vestuario, su olor, el túnel, el pasto, las concentraciones, todas esas cosas las extrañás un poquito pero en líneas generales no me costó.

¿Te quedaron cosas pendientes en el fútbol?

Sí me quedó pendiente eso a los 16 años cuando fui a Banfield porque después me encontré en Talleres con Orsi, quien había estado jugando de arquero en inferiores cuando voy a probarme a Banfield, estaba Héctor Rosales con quien años después fuimos compañeros acá en Estudiantes, estaba Terzaghi, etc. Siempre digo que nacimos muy temprano porque hoy un chico de 15 años ya tiene un representante.

Por ejemplo el ‘Tata’ Brown es nacido en Ranchos, jugó en General Belgrano, e hizo un gol en la final de una Copa del Mundo, eso sí siento que me quedó pendiente, a ver que hubiera pasado en Banfield…

¿Intentaste ser técnico después del retiro?

No. Pasa que a través de los años en la cancha te vas corriendo cada vez más atrás. Empezás como delantero, después sos volante y, en mi caso, terminé jugando de ‘6’ que me era muy cómodo pues cabeceaba bien, tenía anticipo, acomodé un par de cosas en el equipo y salimos campeones con el Club Belgrano de la Liga Chascomunense en 1982. Es muy difícil, tenés que tener una pasta… En ese equipo jugaba mi hermano ‘Grillo’, que jugaba muy bien pero a quien nunca se me ocurrió llevarlo a probar a Talleres, a lo mejor cometí un error pero tal vez era por protegerlo de las cosas que yo veía ahí…

Formación del Club Belgrano (de Gral. Belgrano), campeón de la Liga Chascomunense en 1982, Horacio abajo con la mascota

Vos fuiste un gran goleador y muy certero a la hora de la definición ¿cuál era tu secreto?

Yo creo que el secreto es tener ese segundo de anticipación al defensor, después seguir el desarrollo de la jugada, meter el cuerpo, estar metido en el partido, no ‘mirar’ el partido. Pues hay gente que ‘mira’ el partido y vos te das cuenta que si anticipás, si estás metido en el partido y acompañas a tus compañeros tenés más posibilidades y siempre sacás una ventajita.

¿Fuiste perseguido por el tema de las lesiones?

No, yo me cuidaba mucho. Cuando me fui a vivir a Buenos Aires, estaba viviendo allá con mi primo y comía bien, descansaba bien y entrenaba mejor.

¿Cuál fue el técnico que más te enseñó o el que mejor recuerdo dejó en vos?

Si hablamos de Buenos Aires, tuve a Juan Carlos Montaño, un señor, un tipo muy didáctico y también a Eduardo Janín, ex jugador de Huracán, un señorito. Me acuerdo que fuimos a jugar a la cancha de Tigre y estábamos en los vestuarios cambiándonos y era unos días antes de mi cumpleaños, que es el 15 de Julio, se acerca Janín y me dice “Genín, mañana páselo con su familia”.

Un tipo bárbaro que multiplicaba, no dividía y yo hablando con Hugo Tocalli, ex arquero de Quilmes y gran amigo, sobre los técnicos que había tenido en mi carrera, que no fue la misma experiencia que tuve con Roberto Iturrieta en Arsenal, me dice Hugo “Ché ¿quién era el técnico tuyo cuando jugamos en cancha de Racing que ganamos 1 a 0”? Era Juan Carlos Montaño -le respondo. “Ah, viejo, un señorazo” -me dice, “y también tuve a Eduardo Janín”. “Otro señor. Esa gente hoy no podría dirigir, se los come el sistema”. El jugador ahora está muy ‘bicho’, tienen 18 años y ya andan con los autos 0 km., etc.

Juan Carlos Montaño, ex arquero de Liniers y DT de Horacio en Talleres (RE)

¿Cómo ves el fútbol actual?

Es muy difícil, han cambiado tanto las cosas... En el fútbol actual quien juega contra la Selección, contra Boca o contra River en ese partido se juega todo; juegan a la semana siguiente y ya ofrecen un planteo distinto y menos mezquino. No es el mismo equipo.

Hoy en 50 metros tenés 19 tipos ¿cómo hacés para buscar el espacio? Yo soy de Boca y voy a ver a Boca y se te ponen 9 jugadores atrás, es imposible que Palermo pueda funcionar, que Riquelme pueda funcionar… te meten un contraataque y te ganaron el partido.

Horacio en la Bombonera, demostrando su pasión por Boca

¿Qué sentís del reconocimiento que has tenido en Ayacucho por estas horas en donde te has encontrado con gente que te aprecia y no te olvida?

Es muy emotivo. En 40 años hay mucha gente que se te pierde pero no sé qué explicación darle a este recibimiento. Anoche, después de la cena que compartimos en lo de Luis Carluccio, me llamó mi hermano ‘Grillo’ para preguntarme como me había ido y él con 10 años de edad me acompañaba cuando yo venía a jugar a Ayacucho así que también está ligado a esto. Por ejemplo encontrarme anoche con gente que me veía jugar y que nunca me había tratado personalmente. Lo de anoche fue espectacular.

Veo que los pueblos tienen similitudes, los mismos clubes, las reuniones, los cafés, etc. Para mí es gratificante que se me recuerde pues yo no he sido una estrella, nada que ver, he sido un tipo que ha dejado amigos y buen comportamiento. Ser uno en definitiva.

Horacio, gracias por tu predisposición para esta charla y el saludo final para los ayacuchenses…

Mi enorme reconocimiento a la gente de Ayacucho y el agradecimiento y respeto a las familias de Héctor y ‘Tito’ Martínez, a Hugo Ciganda, ‘Curucho’ Cángaro, el ‘Negro’ Rojo, el ‘Camello’ Cruz, ‘Manolo’ Bordagaray, la familia Aneas, Carlos Sayago y Luis Carluccio quienes me trataron en estas horas como si el tiempo no hubiera pasado y me hicieron sentir bárbaro.

Horacio Genín en Ayacucho. Una tarde invernal de 2011 le marcó el punto de inflexión a alguien que quiso, además de reencontrarse con cosas y gente muy querida, reencontrase con aquel muchacho de General Belgrano que acunaba sueños en las habitaciones del hotel “Santa Catalina”.

Yo tuve y tengo ídolos. La Biblia muestra a la idolatría como uno de los mayores errores del hombre. Sin ánimo de contradecir esa sagrada afirmación, les pido que me dejen seguir viviendo así en la certeza que eso me hace feliz.

Gracias Horacio!! Por lo de ayer y por lo de hoy…

Agradecimientos y fuentes consultadas:

* Juan Ignacio Genín (Gral. Belgrano)
* Luis 'Picho' Genín (Gral. Belgrano)
* Ricky Martínez (Gral. Belgrano)
* Enciclopedia "ABC del Ascenso" -Olé-
* Revista "Fútbol, historia y estadísticas"

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