domingo, 27 de febrero de 2011

Miguel Ángel Asta: ¡qué 'Cacho' de goleador! (1ª parte)

Uno de los grandes goleadores que dio nuestro fútbol fue Miguel ‘Cachito’ Asta. Tal vez no reconocido en nuestra ciudad como el gran goleador que fue, integró aquel Sarmiento legendario de la racha comprendida entre 1961 y 1976 con 16 campeonatos consecutivos y en donde este verdadero ‘terror de las áreas’ hizo delirar a los hinchas sarmientistas entre finales de los ’60 y comienzos de los ’80.

Las tablas de goleadores de esos tiempos lo tenían siempre como protagonista, encabezando las posiciones y peleando ‘mano a mano’ ese cetro con Jorge Varretone (Ferroviario), Carlos Sayago (Ateneo Estrada), Arsenio Sutil (Independiente) y Jorge Jaramillo (El Cardal -Solanet-), entre otros delanteros de la época.

La semilla del Club Atlético Sarmiento germinó en él y siente por esos colores la misma pasión que cuando ‘inflaba redes’ con la ‘9’ rojinegra.

Fervoroso defensor de la causa sarmientista, ‘Cacho’ era un goleador temible. Rebotero, pícaro, oportunista, de muy buen cabezazo, gran cantidad de sus conquistas vinieron por esa vía.

Para repasar detalles de su carrera fuimos en procura de nuestro amigo quien empieza a contarnos: “Soy nacido en Ayacucho el 20 de Febrero de 1948, estoy casado con María Russo con quien tengo dos hijos (Sandra María y Pablo Miguel) y cinco nietos todos hinchas de River Plate (Maitena, Joaquín, Rodrigo, Gonzalo y Valentín).

¿Como empezás en el fútbol?

Empecé en el baby fútbol pero no en Sarmiento. Un señor de apellido Sommariva, si mal no recuerdo, organizó un cuadro de baby que se llamó “Deportivo Ayacucho” en el cual jugué primeramente. Él estaba fichando jugadores y recuerdo que Raúl Olivares le decía, por mí, “allá hay un negrito que juega bien, fíchelo maestro”. Y me fichó.

Jugué ese año en Deportivo Ayacucho después, al otro año, por un error de Raúl Labala, que tenía carnicería cerca del Hospital, me fichó por Matadero y ahí jugué con los hermanos Cerri, con Eustaquio Roldán, el ‘Negro’ Hernández, etc. En ese interín me apalabró Sarmiento, mi viejo era fanático del club y me interesaba jugar allí. (NOTA: Simón Asta, conocido como ‘El Negro Simón’ y padre de ‘Cachito’, fue una emblemática figura del Sport Club -antecesor del Club Atlético Sarmiento- e integrante de aquella célebre “2ª de Fierro” que fue campeona por 10 años consecutivos entre 1939 y 1949).

Raúl Labala me había dicho: “dice tu papá que te fichés en Matadero”. Entonces me ficho en el equipo del Matadero, pero yo quería jugar en Sarmiento también para darle el gusto a mi viejo. Cuando voy a casa le pregunto a papá: ¿Viejo, vos pediste que yo me fichara en Matadero? “No, yo no dije nada" -me contesta.

Poca calidad en la foto pero muchos recuerdos para 'Cacho' (2º abajo, desde la izq.) y su primer equipo: "Matadero", en este caso bajo la batuta de Raúl Labala (DT), una noche del Carnaval de 1958

Del equipo del Matadero tengo los mejores recuerdos. Nunca me voy a olvidar es que gracias a los goles que hice en un partido defendiendo esa camiseta allí tomé mi primer gaseosa, una “Bidú”. En esos tiempos no cualquiera podía comprarse una y después de un partido en el que hice un par de goles, Abdón Roldán, que vivía en el Matadero me regaló una y un sándwich. ¡Te imaginás lo rica que era y la desesperación por que llegara el próximo partido para hacer más goles y tomar otra!

Botella de "Bidú Cola", gaseosa parecida a la Coca Cola, pero más dulce. Muy vendida en la década del '50, gran competencia para Coca Cola en esos tiempos, desapareció aproximadamente en 1963


'Cacho' con el equipo de baby fútbol del Club Sarmiento durante la temporada 1959/1960 
(4º en la fila de abajo, empezando desde la izquierda)

Bueno, jugué ese año para Matadero y ya después pasé al baby del club Sarmiento en donde me quedé definitivamente. 

En Sarmiento entré en la 3ª, que era una 3ª infernal, hacíamos 8, 9, 11 goles, un equipazo que tenía a ‘Pocho’ Guisande, el ‘Pato’ Guisande y yo fui el últimos de todos los que subió y gracias a que se fue ‘Guya’ Moris que si no todavía estaría de suplente, no habría jugado nunca (risas).

Tercera división campeona del Club Sarmiento en 1961
(‘Cachito’, segundo desde la izquierda, en la fila de abajo)

El día que él se fue me pusieron a mí, fui el último de la Tercera que subió a Primera, el último. Yo era medio ‘quedado’ también.

Tus condiciones para el fútbol, las demostraste de chico...

Yo me crié jugando en la vieja cancha de la Liga con gente grande, con los Basualdo, con los Tolosa, los Bruno. Mi mamá me decía “Te van a quebrar”. (NOTA: Al referirse a ‘los Basualdo’ Cacho hace referencia a Miguel Basualdo, su tío, quien a criterio de quienes lo vieron jugar fue uno de los más grandes jugadores que dio el fútbol de Ayacucho).

Yo vivía con mi abuela en calle Belgrano, entre Poderoso y Murgier, me crié a media cuadra del Estadio. Era toda gente de trabajo así que los sábados a la tarde, cuando esa gente no trabajaba, jugábamos a partir de la una hasta que se prendían las luces de la calle. Íbamos a cenar y volvíamos para jugar en la esquina bajo las luces de los foquitos hasta que pasaba la ronda policial, cuando pasaba la ronda nos íbamos todos, no quedaba nadie y bueno, ahí me crié pero siempre jugando y aprendiendo con la gente grande. Después tuve la dicha de tener un poco de habilidad y suerte.

¿Siempre jugaste de delantero?

Sí, siempre de ‘9’, aunque en los ‘picados’ y en los entrenamientos de Sarmiento siempre jugaba de ‘2’ como mi papá, nunca jugaba adelante. Yo jugaba de delantero simplemente cuando eran los partidos y en los últimos años jugué de ‘10’.

¿Recordás algo de tu debut en Primera?

No, yo tengo muy mala memoria. De los partidos que he jugado me acuerdo el que perdíamos con Estudiantes por 3 a 0 y le ganamos 4 a 3 y salimos campeones y una final con Independiente que ganamos 3 a 1 y trajeron un referí de Tandil -tal vez por ese detalle me acuerdo- para seguirlo y que se reinició con un penal a favor de Sarmiento pero no recuerdo mucho más (NOTA: ‘Cachito’ se refiere a Mario Tagarro, árbitro tandilense que dirigió esa final del Torneo Oficial 1981, jugada el 30 de Diciembre de ese año).

Uno revisa viejos diarios de finales de los ’60 y tu nombre al tope de la tabla de goleadores era un clásico ¿por qué?

Yo era mucho de mirar los defectos de los contrarios, que quizás ahora no se miren. Yo miraba si al amagarle a un arquero éste se tiraba. Si el ‘2’ rival era grandote no lo iba a buscar de arriba, lo buscaba de abajo. Yo veía, y lo veo actualmente, que al segundo palo no va nadie. Casi todos los goles que hice de cabeza en mi carrera los hice así, entrando por el segundo palo, donde nadie va. Todos pican al medio y yo no sé por qué no va nadie al segundo palo. Todos los goles iguales, pasados al segundo palo.

Muchos de esos goles se los debo a ‘Carita’ Gourriet porque él me decía: “Cacho, vos sabés, yo pico, todos me siguen a mí y vos entrás solo por el segundo palo” y así haciamos. ‘Carita’, que era un jugadorazo, encaraba y lo seguían todos, y la pelota siempre venía pasada al segundo palo y yo lo único que tenía que hacer era poner la cabeza.

Tabla de goleadores de nuestro campeonato en 1970

Una vez me decía Manuel González que jugaba en Independiente y después fue masajista en Sarmiento, que recordaba ese partido que perdieron 3 a 1 con nosotros: “Lo hablamos toda la semana, decíamos ‘las pelotas de centro o de córner, márquenlo a Cachito que Cachito te va a cabecear y te va a vacunar” y le habíamos dado a Carlitos Ceschini el encargue de marcarlo.

En el partido le gritan del banco de suplentes a Ceschini: “Carlitos, cuidalo a Cachito”. Él me mira y yo estaba fuera del área grande. Yo jamás me metía en el área, esperaba en la punta (vértice) del área, pero no dentro de ella. Si el centro venía de la derecha yo esperaba en el vértice izquierdo, me paraba y miraba. Al ver la pelota en el aire vos ya te vas dando cuenta en donde va a caer, si adelante, en el medio, pasada, etc. Yo picaba y ya sabía dónde iba a ir más o menos. Siempre tenía noción en qué momento tenía que picar y lo hacía cuando la pelota venía en la mitad del recorrido entre el primer palo del arco y el banderín del córner. Volviendo al partido, cuando la pelota venía en el aire yo pico y cuando Carlitos quiso reaccionar yo ya había cabeceado. ¡Se quería morir!

Recorte del diario “La Verdad” de comienzos de los ’70, resaltando las cualidades de ‘Cachito’ como goleador

¿Qué secretos tenía tu puesto?

Con el estilo que yo tenía ahora no hay. Ahora los ‘9’ se tiran mucho a las puntas, juegan más por las puntas que por el medio. En Buenos Aires el único ‘9’ que existe, aunque para mí es un ‘tronco’, es Palermo. Es el que está en los rebotes, si se le escapa al arquero él está, para mí es el único ‘9’ que hay ahora.

Yo era mucho de mirar los defectos. Alberto Volontín, era un arquerazo, lo mejor que había, pero yo sabía que él se tiraba cada vez que le amagaban, ese era el defecto de Alberto. Yo lo supe aprovechar, un día en 14 minutos le hice dos goles. Los dos calcados.

Son pequeños detalles que un delantero tiene que mirar y no ser porfiado porque hay tipos que dicen "aquel mide 2 metros pero yo le tengo que ganar de alto". Nunca le vas a ganar de alto, únicamente que se acalambre y no pueda saltar. Yo era muy habilidoso, el gran defecto que tenía era que no tenía velocidad.

¿Eras rebotero?

La pelota rebotaba y parecía que me buscaba a mí. Lo mismo que le pasa a Palermo que la pelota rebota y parece que lo buscara, eso mismo me pasaba a mí. 

Yo jamás daba una pelota por perdida, tenía que estar atento porque el arquero puede tener una falla o se la pasa mal al defensor o este equivocarse al salir jugando. En ese sector del área yo iba a todas, y en los rebotes tenía una suerte… La suerte es fundamental, como en la vida… si no tenés suerte te va a ir todo mal.

En tu puesto, ¿quién fue el mejor que viste acá?

‘Guya’ Moris y el ‘Tortita’ González. Guya fue extraordinario ¡y como cabeceaba, por Dios! ¡un balazo! Un día lo ví hacer un gol de cabeza para la Selección desde afuera del área grande ¡qué golazo! Y el ‘Tortita’ era un súper jugador. Yo con la habilidad y velocidad del ‘Tortita’… Siempre le decía “si yo soy goleador con 10 goles, yo con lo que vos jugás y tu habilidad haría 20”.

Él buscaba siempre la difícil, yo hacía la fácil. Él hacía todo lo más difícil que podía hacer, lo hacía y a vos te gambeteaba y te esperaba para gambetearte otra vez. Era ‘sobrador’, yo le decía “te van a quebrar Danielito, no hagás esas cosas” y él se reía. El tipo te pasaba y se te reía y una vez que te pasaba que lo ibas a agarrar en velocidad y para el fútbol de acá en donde no estamos muy entrenados, toda gente de laburo, menos que menos. Era ligerísimo, su hijo Mariano (hoy en el club Porto de Portugal) es igual de rápido.

A mí tampoco me gustaba entrenar, yo tenía un físico de 68 ó 69 kilos y a mí me hacía mal entrenarme. Yo agarraba ritmo enseguida, con entrenarme la semana previa a iniciar el campeonato después con el correr de los partidos ya estaba, no precisaba más. Además, en los primeros años con los jugadorazos que me rodeaban no tenía que correr nada.

Al lado mío lo tenía a Miguel Didío, a ‘Carita’, al ‘Zurdo’ Mingone, a ‘Pocho’ Guisande, al ‘Chueco’ Eloiza, después vino el ‘Flaco’ Gallardo, etc. Yo no tenía que hacer nada, solo meterla adentro.

Ahora en los últimos años tuve que correr, me hicieron correr por los que no corrí en los primeros (risas). Los grandes se fueron retirando, ya vinieron otros chicos y no era lo mismo.

Podemos decir de ese Sarmiento que vos te subiste a un tren que ya venía en marcha…

¡Y como venía! Era un equipazo y yo tenía que aportar lo mío, algún golcito de rebote, de centro pasado, pero meterla.

¿Tuviste alguna lesión importante en tu carrera?

Sí, en los últimos años jugué infiltrado siempre porque no me daban las rodillas y de miedo no fui a operarme. Cuando Víctor Vallejos se cortó un tendón y fue a Buenos Aires, era muy brava la lesión que él tuvo, en realidad los dos teníamos que ir.

Yo no tenía ganas de ir. Recuerdo que íbamos a ir en tren, yo siempre viví a una cuadra de la Estación, lloviznaba, me dije “yo no voy nada” y no fuí. Todos los años me infiltraban y aguantaba un año, por ahí no. En ese partido de la anécdota con el ‘Tortita’ y el ‘Chacra’ Crovo en que jugaba Ferroviario con Sarmiento una final yo jugué medio tiempo y salí goleador pero al segundo tiempo no pude entrar por esa lesión en la rodilla, no daba más, no podía patear.

Pese a todo casi siempre goleador del torneo local…

Varias, recuerdo que en 1969 y 1970 lo gané y ‘Lolo’ Reyes, una vez, y Horacio Genín en otra me lo ganaron pero casi siempre yo andaba ahí arriba.

Tabla de goleadores de 1971

¿El rival que mejor te marcó?

El jugador más difícil para pasarlo gambeteando era el ‘Vasquito’ Aníz, al menos para mí.
Yo era un tipo de amagar, como el ‘Burrito’ Ortega, yo amagaba para acá, amague para allá, pero él no me daba pelota. Podía hacer cinco millones de amagues y él no se movía, no lo podía pasar casi nunca. Para mí un jugadorazo ¡que calenturas me agarraba yo! 

Fueron, junto al ‘Gallina’ Escudero, los mejores marcadores que tuve y muy leales los dos al igual que Orlandito Romero. Vos a Orlando lo podías pasar diez mil veces ¿vos te creés que Orlando te iba a pegar? ¡pero ni loco, un señor! Él, terminaba el primer tiempo y se iba al vestuario a peinar, un señorito para jugar (risas).

Pero también estaban los otros, los 'asperos'...

De esa época recuerdo marcadores fuertes como Oscarcito García de Defensores, a quien le decían ‘el cirujano’, ‘Bocha’ García, los dos Canavesse, Gamietea el de Estudiantes, pero te repito, fuertes pero sin mala intención. Hacían el juego de ellos.

En Sarmiento, Víctor Vallejos también era muy duro, muy fuerte, pero yo no creo que ellos tuvieran ninguna mala intención porque así como podían en alguna jugada lastimar a un rival también ellos corrían con el riesgo que algo les pasara.

Cada uno tenía su maña, ‘Agüita’ Fiorentino, cuando se le ponía uno más alto a la par seguro que le pegaba un codazo por las costillas (risas). No iba a lesionar, ni a lastimar, ni a quebrar una costilla, pero que te iba a doler, te iba a doler y te sacaba del partido y te hacía calentar.

A mí cuando más me pegabas, más encaraba y me encantaba que la gente estuviera en contra mío, yo jugaba más. A mí no me gusta que me alienten, me gusta que la gente esté en contra pues así ponés más empeño. Eso que dicen "que lindo jugamos de local, tenemos toda la gente a nuestro favor" a mí no me interesaba, me gustaba siempre jugar de visitante.

¿El mejor partido de tu vida?

El 4 a 3 a Estudiantes en donde hice dos goles, sin dudarlo...
Entramos al vestuario finalizado el primer tiempo, nosotros perdiendo 2 a 0, y nos dijimos “muchachos, si hacemos un gol de movida, podemos dar vuelta el resultado”. Empieza el segundo tiempo, a los 4’ gol de Estudiantes (Horacio Genín, 3 a 0) y los muchachos de Estudiantes se fueron a preparar los asados.

¿Por qué ganan ese partido?

Primero, porque Estudiantes nos quiso hacer cinco goles. Horacio Genín en el primer tiempo lo ‘bailó’ a Vallejos y en el segundo tiempo Víctor lo agarró en un cruce y lo ‘mató’ y ya Genín medio que aflojó un poco y segundo porque Estudiantes no estaba físicamente preparado para ir a hacer más goles, estaban ‘muertos’. Había jugadores que se ‘murieron’ y nosotros teníamos un amor propio tremendo y jamás dábamos por perdido un partido. En cuanto hicimos el primer gol salimos convencidos que podíamos darlo vuelta.

El primer tiempo Estudiantes nos pegó un baile infernal, si ellos hubieran sido ‘vivos’ no salen a buscar más goles y eran campeones. Ellos físicamente no estaban en condiciones de hacernos más goles, iban pero no volvían.

El segundo gol que hago en ese partido se lo come ‘Canti’ Oillataguerre. Yo venía muy cerrado contra la línea de fondo, amagué a patear para el medio y él sale a cortar el centro y en donde da el primer paso para salir hacia el área yo se la pongo contra el palo. Es un error del arquero, vos siempre lo primero que tenés que tapar es el primer palo.

Yo te digo que tanto ‘Canti’ como Pacheco (Mariño) podían tener una tarde mala pero en un centro no vayas a ir a cabecear porque te mataban. ‘Canti’ salía a darle el puñetazo a la pelota en los centros pero si le erraba era hombre al piso… Te mataban, cualquiera de los dos, sin mala intención, pero te la ponían. Hasta en eso tuve suerte, tuve marcadores bravos pero jamás me pegaron con mala intención. Me pegaban como le pegan a cualquiera, pero yo no era sobrador y buscaba el gol. Si íbamos ganando 3 a 0 yo lo iba a seguir buscando.

¿Con qué compañero te entendiste más dentro de una cancha?

No podría decirte uno, con todos me entendí bien, dentro y fuera de la cancha.
Tal vez con el que alguna vez discutí fue con el ‘Zurdo’ Mingone porque todos sentíamos la camiseta, pero como el ‘Zurdo’ ninguno, se mataba por la camiseta.

Yo era buen tipo, jamás me enojaba con nadie, pero dos veces me fui de la cancha por el ‘Zurdo’. Él tenía otro temperamento diferente al mío y a mí no me gustaba que me reten. Yo no era como él que corría y corría y se mataba entrenando. 

Sarmiento campeón 1974

Él me retaba, a mí no me gustaba, me 'rayaba' y me iba de la cancha así como yo también era contrario a esa política de traer forasteros y más esos forasteros medio ‘agrandaditos’.

Me acuerdo que una vez Sarmiento trajo de afuera un ‘7’ y un ‘9’ y se gritaban “Ché, andá a cabecear vos que vos sabés” como si los de acá no supiéramos hacerlo y si habían venido a jugar a Ayacucho tampoco era porque jugaran mucho. Para mí fueron unos compañeros bárbaros Orlandito Romero, ‘Carita’ Gourriet, el ‘Chacra’ Crovo, etc. Aparte de compañeros te enseñaban a jugar, adonde tenías que pararte, etc.

‘Carita’ siempre se acuerda que una vez salimos con él desde el medio de la cancha tocándola él me la tocó, yo se la devolví, me vuelve a pasar, se la devuelvo, me la vuelve a pasar y meto un golazo espectacular pero en offside ¡me quería matar! Me decía “te metiste en offside hijo de mil p...” (risas). Desde el medio de la cancha llegamos hasta el área tocándola, pero yo, como todo ‘9’, avariento, lo quería hacer.

(continúa acá)

1 comentarios:

Rubén Hernán Vargas dijo...

Cacho Felicidades!, un grande, pocos con tanta intuición dentro del área! Lo vi de grande, pero aprendí mucho de saber estar parado en el lugar correcto.