¿Cómo llegás a la Selección ayacuchense?
En 1957 me convocan a la Selección, de suplente, pero sucede que se lesiona en Balcarce Miguel Basualdo, un muy buen jugador y ahí empiezo a jugar en el combinado.
El técnico era ‘Chichín’ Pérez. Imaginate lo que era jugar con esa gente, ‘Oreja’ Pérez, Lirio Losinno, ‘Guya’ Moris, gente que yo miraba y para mí eran ídolos. Jugué muchos años en ella y ví grandes jugadores, ‘Coco’ Rossi, por ejemplo que había jugado en San Lorenzo de Almagro.
En ella recuerdo muy lindos momentos y estuve hasta 1970, último año en que jugué en la Selección.
¿Disfrutabas de algún lugar en particular para ir a jugar con la selección, por ejemplo a Tandil con quien se tenía una gran rivalidad?
A mí me daba lo mismo, íbamos a todos lados, Coronel Pringles, Tres Arroyos, Azul, Olavarría, etc. no teníamos problemas. La competencia era brava pero era muy linda porque Ayacucho tenía equipo para jugarle a cualquiera. Venía Dodero y te traía jugadores como Oscar Amarilla (ex Chacarita Juniors y Racing Club), Osvaldo Canadel (ex Racing Club y Argentinos Juniors) Oscar ‘Coco’ Rossi (ex Huracán, Racing y San Lorenzo -tres veces tapa de la revista “El Gráfico”-), Miguel Ángel Vidal (ex Argentinos Juniors, Huracán, Racing, Deportivo Español y Selección Nacional), Eduardo Balassanián (ex Racing, Atlanta y Platense), José ‘Chiche’ Diz (ex Huracán, Boca, River y Argentinos Juniors), Osvaldo Crosta (ex Huracán), jugadores que venían de Buenos Aires y que la gente de hoy se preguntará quiénes eran, pero que eran excelentes; así como otros tantos que vinieron y no trascendieron en el fútbol grande.
¿Qué recordás de aquella famosa trifulca en Tres Arroyos por la Copa “Adrián Beccar Varela” de 1968?
Fue un tema referil. Todo se inicia con una pelota que sale fuera de la cancha y el línea no levanta el banderín, ellos siguen, de media cancha hacia adelante rumbo al arco nuestro, tiran el centro y gol de Tres Arroyos. Nos ganan 1 a 0, en Ayacucho habíamos ganado por el mismo resultado y vamos a los penales en donde Roberto De Mattei (ex Deportivo Español, Deportivo Morón y San Telmo) estrella el último penal ayacuchense en el travesaño y con ello la eliminación de ese torneo. De los penales no te puedo decir nada pues me fui al vestuario y no los miré. Es una costumbre que siempre tuve, ni cuando pateaba mi hijo Rolando los miraba, ni tampoco los de Sarmiento cuando yo jugaba.
¿Qué hubiera pasado si De Mattei hubiera convertido y el eliminado hubiera sido Tres Arroyos?
No salimos de ahí.
¿Estaba todo armado?
Sí, lo que pasa es que acá hubo un problema. No sé bien que es lo que pasó en el vestuario, pero ellos se fueron de Ayacucho diciendo que acá los habían robado (dinero, pertenencias). Que gente de Ayacucho había entrado a los vestuarios y que les habían robado. Que acá eran chorros y no sé cuantas cosas más y el clima se fue enrareciendo. De acá fue muchísima gente en tren a ver la revancha. El problema se dio en las tribunas, a nosotros los jugadores no nos pasó nada.
¿Esa Selección de 1968 fue la mejor que integraste?
Sí, tal vez. Lo que pasaba era que cada dos años se hacía el Campeonato Argentino (por entonces denominado “Adrián Beccar Varela”), entonces se agarraban los mejores jugadores del momento en Ayacucho, se entrenaba durante 15 días y se salía a jugar. Jugábamos con Tandil, por ejemplo, y en los primeros 45 minutos los pasábamos por arriba pero ¿quién aguantaba los otros 45 minutos? Ellos siempre entrenaron y lo siguen haciendo, yo siempre digo en el club “muchachos cuando tengamos que jugar en Tandil hay que llevar buen equipo, hay que llevar buena máquina para jugarles a ellos, si no te pasan por arriba".
Hay un equipo que se llama Deportivo Tandil, que es del papá del ‘Chino’ Garcé, no juegan muy lindo pero te corren todo el partido y a vos te complican y por ahí te ganan porque te ganan coriendo.
¿El mejor partido de tu vida?
Tal vez aquel del 4 a 1 a Tandil acá, pero al partido lo ganamos todos. Eso lo tienen que decir los de afuera, no lo puedo decir yo. Por ahí estás viendo un partido y uno dice “viste como jugó Messi” y salta otro y dice “no, a mi me gustó Di María” y con esto es medio parecido. Por ahí venía alguno y me decía “que bien jugaste Miguel” y yo, que había estado dentro de la cancha sentía que no había agarrado ninguna pelota.
¿Cómo sería un ‘11’ ideal integrado con jugadores ayacuchenses que vos viste y contra los que jugaste?
Es difícil hacer nombres pues siempre te olvidás de alguno, pero en el arco a mí siempre me gustó mucho Alberto Volontín, atrás hay mucha gente pero Orlando Romero era un buen ‘4’, ‘Carita’ Gourriet y Hugo Ciganda en la zaga y ‘Curucho’ Cángaro o el ‘Negro’ Eloiza marcando la punta izquierda; en el medio de ‘8’ lo pongo a Raúl ‘Petiso’ Cedarri, de ‘5’ al Chileno ‘Barraza’ y se me complica con un ‘10’ pues fue un puesto en el que Ayacucho siempre se trajo gente de afuera. Adelante lo pongo a ‘Pocho’ Guisande, ‘Guya’ Moris y el ‘Zurdo’ Mingone, un ‘11’ bien definido. Antes había muchos jugadores y por ahí dejás gente afuera como por ejemplo el ‘Chacra’ Crovo por izquierda que era fuerte y ligero.
¿El técnico que más influyó en vos?
El único técnico que a nosotros nos enseñó fue Miguel Ángel Dodero. Fue el entrenador que nos enseñó a parar en la cancha. Yo, por ejemplo, corría por todos lados, eso es lo que yo siempre digo, él nos ordenó.
Nos agarraba frente al pizarrón y nos mostraba “Didío usted corre cinco metros para un lado, cinco para el otro, cinco para adelante y cinco para atrás” cuando el ‘5’ tiene que estar bien ubicado en el medio de la cancha y no ir a patear el córner como por ahí vemos ahora. El pizarrón a nosotros nos ordenó.
¿Costó mucho tomar la decisión de retirarte del fútbol?
Como te dije, en 1970 me retiro de la Selección y en 1976 de Sarmiento. El retiro llegó con enojo hacia algún compañero y para no pelearme con él. Te voy a contar la verdad.
Jugamos en 1976 un partido contra Defensores por la segunda rueda del Oficial y entro al vestuario, yo 36 años, y un compañero mío, de 20 años, me dice ¡Ché, tenés que correr más! ¡Yo tengo 36 años, el que tiene que correr más sos vos que tenés 20! -le respondo. Y ya me enojé con él y pensé si tengo que venir a renegar con los chicos estos me quedo en mi casa. Y dejé.
Pero, también yo quería tener la pelota y yo ya no la tenía, me daba cuenta. Cuando viene un pibe más joven y te saca la pelota como si fuera un chupetín a un nene de un año, entonces hay que darse cuenta que hay que dejar de jugar. Te va la pelota a vos y en vez de agarrarla te la quitan.
Y tras tu retiro ¿cómo fue tu experiencia como técnico en Sarmiento y en la Selección?
Yo como técnico no sirvo, porque mi pensamiento es “jugador que no entrena, no juega”. Recuerdo que una vez agarramos con ‘Pocho’ Guisande la Selección Juvenil. Fuimos a Las Flores y nos metieron seis goles, Omar Muñoz era el Presidente de la Liga, y cuando vos vés que un equipo no anda… Le digo a ‘Pocho’ "esto es un desastre, que vamos a andar para todos lados si no tenemos nada". Pasa el tiempo y ‘Pocho’ me dice ¿y si agarramos la Mayor? Bueno, le digo y me volví a entusiasmar, aunque para ese entonces Muñoz había dejado de ser el Presidente de la Liga.
Bueno, empezamos con los entrenamientos, y en uno de ellos, dos jugadores de primera línea no van. Uno era el arquero y el otro era el ‘3’. Los dos fuera de la Selección. Vamos a hablar con el nuevo Presidente de la Liga para comunicarle la decisión de desafectar a dos jugadores importantes del plantel. Era un momento en que los futbolistas locales ya empezaban a pedir plata para jugar, tal vez porque veían que los que venían de afuera cobraban. En ese momento no había plata para pagarles, ellos querían cobrar, no lo hicieron y terminaron fuera de la Selección.
Entonces nos atiende el Presidente de la Liga, le comentamos la situación, y nuestro convencimiento de que un jugador que no se entrena no puede jugar, a lo que el Presidente nos dice textualmente “Muchachos, quédense tranquilos, tienen todo mi respaldo, no va a haber ningún problema”.
Bueno, eso fue un lunes, el miércoles vamos a Defensores, la Liga funcionaba allí y nos dice el Presidente “muchachos, tienen que renunciar”. Nos echaron!! Preguntale a ‘Pocho’ a ver si no es verdad!! (risas)
Otro día, la gente de Sarmiento me dice ¿querés ser técnico? A mí me gustaba el tema, si bien después noté que no era lo mío. El tema es que agarro la dirección técnica. Año 1977.
Un día estaba en el club, pues la charla la hacíamos ahí, y había un jugador al que yo no quería porque no me gustaba y agarré y lo saqué.
Llega el día del partido, voy al último vestuario -el que da al Aero Club- y estoy adentro del mismo con los jugadores cuando llega Juan Bertoni que era el Presidente del Club y me dice: “Didío, ese jugador tiene que jugar” a lo que respondo “No, Don Juan, no va a jugar porque el equipo lo hago yo”. “Pero tiene que jugar”-insiste Bertoni. “Bueno, fenómeno Don Juan, acá tiene las llaves del vestuario y me fui y me senté en la tribuna de cemento en la última fila. Si bien en esa época no se pagaba, igual el técnico tiene que hacerse respetar y el jugador tiene que hacer lo que dice el técnico. No te pueden manejar los jugadores, además, si vos no lográs que los jugadores entrenen no podés ser técnico. Después de eso ya no quise saber más nada de ser técnico.
¿Miguel, la regionalización de nuestro fútbol es el camino a seguir?
Sí, para mí es el camino porque tenés una competencia de 20 partidos en el año. El tema es lo económico. No hay apoyo, no hay sponsors, no hay recursos, entonces tenés que organizar rifas que a lo mejor te dejan $ 200 cuando un viaje en combi a Tandil te sale $ 700. Es muy difícil de bancar.
¿Qué consejo les darías a los chicos que recién se inician?
Yo les diría, que se cuiden, que entrenen y entrenen para estar siempre mejor que el otro para llegar a todas las pelotas. No que terminado el primer tiempo te vas a los vestuarios, te sentás y no sabés si querés volver y entrar a la cancha o quedarte afuera. Y acá lo que tienen que venir son técnicos que enseñen a los chicos a pararse en la cancha. Lo que hay que traer son técnicos, técnico no es cualquiera. Tenés lo más difícil que es el grupo, después tienen que enseñarle a los chicos. Los chicos no saben pararse, no saben hacer una pared, tampoco alguna jugada, pasan la pelota y se quedan parados viendo lo que su compañero hace con ella en vez de seguir corriendo para pedirla de vuelta. Yo he llegado a entrenarme solo, antes nos enseñaban a cabecear, Dodero ponía uno en un arco y al otro desde donde está el mástil a tirarle pelotazos. Podrán decir que soy un renegado, pero ahora faltan técnicos.
¿Cómo ves el fútbol actual?
Qué se yo, hoy voy los sábados a la cancha y no ves a nadie en comparación a otras épocas. Antes jugaba, por ejemplo, Sarmiento un partido aniversario con Madariaga y se llenaba. Hoy organizás un partido por un aniversario con Santamarina de Tandil y no va nadie. Hoy los chicos tienen otros entretenimientos, en cambio nosotros no teníamos confiterías ni otros entretenimientos, solo teníamos que entrenar y entrenar. Hoy, y que nadie se ofenda, pero veo que no hay técnicos. En el caso de Sarmiento que yo integré, el equipo estaba hecho, había una base, cualquiera podía ser el técnico. Todo cambió con Miguel Dodero que nos enseñó a pararnos en la cancha, a ubicarnos.
La charla con este apasionado futbolero podría extenderse por horas, pero consideramos que así está bien, haciendo una pausa. Una como esas que tantas veces hizo en el Estadio Municipal.
Deportista caballero y leal, parte grande de la historia de nuestro fútbol.
Miguel Ángel Didío, pasión sarmientista las 24 horas.
En 1957 me convocan a la Selección, de suplente, pero sucede que se lesiona en Balcarce Miguel Basualdo, un muy buen jugador y ahí empiezo a jugar en el combinado.
El técnico era ‘Chichín’ Pérez. Imaginate lo que era jugar con esa gente, ‘Oreja’ Pérez, Lirio Losinno, ‘Guya’ Moris, gente que yo miraba y para mí eran ídolos. Jugué muchos años en ella y ví grandes jugadores, ‘Coco’ Rossi, por ejemplo que había jugado en San Lorenzo de Almagro.
En ella recuerdo muy lindos momentos y estuve hasta 1970, último año en que jugué en la Selección.
¿Disfrutabas de algún lugar en particular para ir a jugar con la selección, por ejemplo a Tandil con quien se tenía una gran rivalidad?
A mí me daba lo mismo, íbamos a todos lados, Coronel Pringles, Tres Arroyos, Azul, Olavarría, etc. no teníamos problemas. La competencia era brava pero era muy linda porque Ayacucho tenía equipo para jugarle a cualquiera. Venía Dodero y te traía jugadores como Oscar Amarilla (ex Chacarita Juniors y Racing Club), Osvaldo Canadel (ex Racing Club y Argentinos Juniors) Oscar ‘Coco’ Rossi (ex Huracán, Racing y San Lorenzo -tres veces tapa de la revista “El Gráfico”-), Miguel Ángel Vidal (ex Argentinos Juniors, Huracán, Racing, Deportivo Español y Selección Nacional), Eduardo Balassanián (ex Racing, Atlanta y Platense), José ‘Chiche’ Diz (ex Huracán, Boca, River y Argentinos Juniors), Osvaldo Crosta (ex Huracán), jugadores que venían de Buenos Aires y que la gente de hoy se preguntará quiénes eran, pero que eran excelentes; así como otros tantos que vinieron y no trascendieron en el fútbol grande.
Selección de Ayacucho 1957. Debut en la selección (4º de los parados) y, paralelamente, en Sarmiento
¿Qué recordás de aquella famosa trifulca en Tres Arroyos por la Copa “Adrián Beccar Varela” de 1968?
Fue un tema referil. Todo se inicia con una pelota que sale fuera de la cancha y el línea no levanta el banderín, ellos siguen, de media cancha hacia adelante rumbo al arco nuestro, tiran el centro y gol de Tres Arroyos. Nos ganan 1 a 0, en Ayacucho habíamos ganado por el mismo resultado y vamos a los penales en donde Roberto De Mattei (ex Deportivo Español, Deportivo Morón y San Telmo) estrella el último penal ayacuchense en el travesaño y con ello la eliminación de ese torneo. De los penales no te puedo decir nada pues me fui al vestuario y no los miré. Es una costumbre que siempre tuve, ni cuando pateaba mi hijo Rolando los miraba, ni tampoco los de Sarmiento cuando yo jugaba.
¿Qué hubiera pasado si De Mattei hubiera convertido y el eliminado hubiera sido Tres Arroyos?
No salimos de ahí.
¿Estaba todo armado?
Sí, lo que pasa es que acá hubo un problema. No sé bien que es lo que pasó en el vestuario, pero ellos se fueron de Ayacucho diciendo que acá los habían robado (dinero, pertenencias). Que gente de Ayacucho había entrado a los vestuarios y que les habían robado. Que acá eran chorros y no sé cuantas cosas más y el clima se fue enrareciendo. De acá fue muchísima gente en tren a ver la revancha. El problema se dio en las tribunas, a nosotros los jugadores no nos pasó nada.
¿Esa Selección de 1968 fue la mejor que integraste?
Sí, tal vez. Lo que pasaba era que cada dos años se hacía el Campeonato Argentino (por entonces denominado “Adrián Beccar Varela”), entonces se agarraban los mejores jugadores del momento en Ayacucho, se entrenaba durante 15 días y se salía a jugar. Jugábamos con Tandil, por ejemplo, y en los primeros 45 minutos los pasábamos por arriba pero ¿quién aguantaba los otros 45 minutos? Ellos siempre entrenaron y lo siguen haciendo, yo siempre digo en el club “muchachos cuando tengamos que jugar en Tandil hay que llevar buen equipo, hay que llevar buena máquina para jugarles a ellos, si no te pasan por arriba".
Hay un equipo que se llama Deportivo Tandil, que es del papá del ‘Chino’ Garcé, no juegan muy lindo pero te corren todo el partido y a vos te complican y por ahí te ganan porque te ganan coriendo.
¿El mejor partido de tu vida?
Tal vez aquel del 4 a 1 a Tandil acá, pero al partido lo ganamos todos. Eso lo tienen que decir los de afuera, no lo puedo decir yo. Por ahí estás viendo un partido y uno dice “viste como jugó Messi” y salta otro y dice “no, a mi me gustó Di María” y con esto es medio parecido. Por ahí venía alguno y me decía “que bien jugaste Miguel” y yo, que había estado dentro de la cancha sentía que no había agarrado ninguna pelota.
¿Cómo sería un ‘11’ ideal integrado con jugadores ayacuchenses que vos viste y contra los que jugaste?
Es difícil hacer nombres pues siempre te olvidás de alguno, pero en el arco a mí siempre me gustó mucho Alberto Volontín, atrás hay mucha gente pero Orlando Romero era un buen ‘4’, ‘Carita’ Gourriet y Hugo Ciganda en la zaga y ‘Curucho’ Cángaro o el ‘Negro’ Eloiza marcando la punta izquierda; en el medio de ‘8’ lo pongo a Raúl ‘Petiso’ Cedarri, de ‘5’ al Chileno ‘Barraza’ y se me complica con un ‘10’ pues fue un puesto en el que Ayacucho siempre se trajo gente de afuera. Adelante lo pongo a ‘Pocho’ Guisande, ‘Guya’ Moris y el ‘Zurdo’ Mingone, un ‘11’ bien definido. Antes había muchos jugadores y por ahí dejás gente afuera como por ejemplo el ‘Chacra’ Crovo por izquierda que era fuerte y ligero.
¿El técnico que más influyó en vos?
El único técnico que a nosotros nos enseñó fue Miguel Ángel Dodero. Fue el entrenador que nos enseñó a parar en la cancha. Yo, por ejemplo, corría por todos lados, eso es lo que yo siempre digo, él nos ordenó.
Nos agarraba frente al pizarrón y nos mostraba “Didío usted corre cinco metros para un lado, cinco para el otro, cinco para adelante y cinco para atrás” cuando el ‘5’ tiene que estar bien ubicado en el medio de la cancha y no ir a patear el córner como por ahí vemos ahora. El pizarrón a nosotros nos ordenó.
¿Costó mucho tomar la decisión de retirarte del fútbol?
Como te dije, en 1970 me retiro de la Selección y en 1976 de Sarmiento. El retiro llegó con enojo hacia algún compañero y para no pelearme con él. Te voy a contar la verdad.
Jugamos en 1976 un partido contra Defensores por la segunda rueda del Oficial y entro al vestuario, yo 36 años, y un compañero mío, de 20 años, me dice ¡Ché, tenés que correr más! ¡Yo tengo 36 años, el que tiene que correr más sos vos que tenés 20! -le respondo. Y ya me enojé con él y pensé si tengo que venir a renegar con los chicos estos me quedo en mi casa. Y dejé.
Pero, también yo quería tener la pelota y yo ya no la tenía, me daba cuenta. Cuando viene un pibe más joven y te saca la pelota como si fuera un chupetín a un nene de un año, entonces hay que darse cuenta que hay que dejar de jugar. Te va la pelota a vos y en vez de agarrarla te la quitan.
Selección ayacuchense de 1970 en el Estadio "Gral. San Martín" de Tandil, Miguel (3º de los parados empezando desde la der.) jugaba ese año sus últimos partidos en nuestro combinado
Y tras tu retiro ¿cómo fue tu experiencia como técnico en Sarmiento y en la Selección?
Yo como técnico no sirvo, porque mi pensamiento es “jugador que no entrena, no juega”. Recuerdo que una vez agarramos con ‘Pocho’ Guisande la Selección Juvenil. Fuimos a Las Flores y nos metieron seis goles, Omar Muñoz era el Presidente de la Liga, y cuando vos vés que un equipo no anda… Le digo a ‘Pocho’ "esto es un desastre, que vamos a andar para todos lados si no tenemos nada". Pasa el tiempo y ‘Pocho’ me dice ¿y si agarramos la Mayor? Bueno, le digo y me volví a entusiasmar, aunque para ese entonces Muñoz había dejado de ser el Presidente de la Liga.
Bueno, empezamos con los entrenamientos, y en uno de ellos, dos jugadores de primera línea no van. Uno era el arquero y el otro era el ‘3’. Los dos fuera de la Selección. Vamos a hablar con el nuevo Presidente de la Liga para comunicarle la decisión de desafectar a dos jugadores importantes del plantel. Era un momento en que los futbolistas locales ya empezaban a pedir plata para jugar, tal vez porque veían que los que venían de afuera cobraban. En ese momento no había plata para pagarles, ellos querían cobrar, no lo hicieron y terminaron fuera de la Selección.
Entonces nos atiende el Presidente de la Liga, le comentamos la situación, y nuestro convencimiento de que un jugador que no se entrena no puede jugar, a lo que el Presidente nos dice textualmente “Muchachos, quédense tranquilos, tienen todo mi respaldo, no va a haber ningún problema”.
Bueno, eso fue un lunes, el miércoles vamos a Defensores, la Liga funcionaba allí y nos dice el Presidente “muchachos, tienen que renunciar”. Nos echaron!! Preguntale a ‘Pocho’ a ver si no es verdad!! (risas)
Otro día, la gente de Sarmiento me dice ¿querés ser técnico? A mí me gustaba el tema, si bien después noté que no era lo mío. El tema es que agarro la dirección técnica. Año 1977.
Un día estaba en el club, pues la charla la hacíamos ahí, y había un jugador al que yo no quería porque no me gustaba y agarré y lo saqué.
Llega el día del partido, voy al último vestuario -el que da al Aero Club- y estoy adentro del mismo con los jugadores cuando llega Juan Bertoni que era el Presidente del Club y me dice: “Didío, ese jugador tiene que jugar” a lo que respondo “No, Don Juan, no va a jugar porque el equipo lo hago yo”. “Pero tiene que jugar”-insiste Bertoni. “Bueno, fenómeno Don Juan, acá tiene las llaves del vestuario y me fui y me senté en la tribuna de cemento en la última fila. Si bien en esa época no se pagaba, igual el técnico tiene que hacerse respetar y el jugador tiene que hacer lo que dice el técnico. No te pueden manejar los jugadores, además, si vos no lográs que los jugadores entrenen no podés ser técnico. Después de eso ya no quise saber más nada de ser técnico.
¿Miguel, la regionalización de nuestro fútbol es el camino a seguir?
Sí, para mí es el camino porque tenés una competencia de 20 partidos en el año. El tema es lo económico. No hay apoyo, no hay sponsors, no hay recursos, entonces tenés que organizar rifas que a lo mejor te dejan $ 200 cuando un viaje en combi a Tandil te sale $ 700. Es muy difícil de bancar.
¿Qué consejo les darías a los chicos que recién se inician?
Yo les diría, que se cuiden, que entrenen y entrenen para estar siempre mejor que el otro para llegar a todas las pelotas. No que terminado el primer tiempo te vas a los vestuarios, te sentás y no sabés si querés volver y entrar a la cancha o quedarte afuera. Y acá lo que tienen que venir son técnicos que enseñen a los chicos a pararse en la cancha. Lo que hay que traer son técnicos, técnico no es cualquiera. Tenés lo más difícil que es el grupo, después tienen que enseñarle a los chicos. Los chicos no saben pararse, no saben hacer una pared, tampoco alguna jugada, pasan la pelota y se quedan parados viendo lo que su compañero hace con ella en vez de seguir corriendo para pedirla de vuelta. Yo he llegado a entrenarme solo, antes nos enseñaban a cabecear, Dodero ponía uno en un arco y al otro desde donde está el mástil a tirarle pelotazos. Podrán decir que soy un renegado, pero ahora faltan técnicos.
¿Cómo ves el fútbol actual?
Qué se yo, hoy voy los sábados a la cancha y no ves a nadie en comparación a otras épocas. Antes jugaba, por ejemplo, Sarmiento un partido aniversario con Madariaga y se llenaba. Hoy organizás un partido por un aniversario con Santamarina de Tandil y no va nadie. Hoy los chicos tienen otros entretenimientos, en cambio nosotros no teníamos confiterías ni otros entretenimientos, solo teníamos que entrenar y entrenar. Hoy, y que nadie se ofenda, pero veo que no hay técnicos. En el caso de Sarmiento que yo integré, el equipo estaba hecho, había una base, cualquiera podía ser el técnico. Todo cambió con Miguel Dodero que nos enseñó a pararnos en la cancha, a ubicarnos.
La charla con este apasionado futbolero podría extenderse por horas, pero consideramos que así está bien, haciendo una pausa. Una como esas que tantas veces hizo en el Estadio Municipal.
Deportista caballero y leal, parte grande de la historia de nuestro fútbol.
Miguel Ángel Didío, pasión sarmientista las 24 horas.
0 comentarios:
Publicar un comentario