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sábado, 16 de diciembre de 2017

El 'Loco' Rosales (cuento)

El 'Loco' Rosales era un personaje de los pagos de Udaquiola. Hijo de padre ferroviario, anclaron en ese lugar, como destino de Jefe de Estación de su padre. el 'Tigre' Rosales.

El 'loco' tenia tres hermanos más: Horacio, Darío y la Norma que bailaba la cumbia como nadie, y su minifalda setentona era mas corta que el 30 Junio a la tarde..

El 'Loco' siempre fue bravo, medio solitario, y su pasión, creo yo, la pelota. Vivía frente a la cancha de fútbol de Udaquiola. Su pegada con la zurda era temible, y el 'loco' te tiraba a matar...

Podría contar varias historias, de amor y pasión. Se pegó un tiro en en la 'verija' una vez (por amor decían) pero no. También el 'loco' era bueno pa' la cerveza. Veintidós había tomado un día en el boliche de los Caveda. "Pará que meo", decía, y le daba a otra de litro.

El 'loco' siempre andaba calzado, un 38 largo, y por supuesto ser amigo de él era un privilegio, conveniencia y sabiduría. Andando con el 'loco', nadie se atrevía, a nada. Es más, otro grande de Udaquiola, el 'Negro' Sosa, un negro verdadero ché, a tal punto que los 'blanquitos' Forio, le preguntábamos a nuestra madre: "¿por qué ese hombre era negro?".

Bueno, el 'Negro' Sosa era más bueno que la compota, pero tenía fama de boxeador y, quizás por eso, o por otra cosa, el 'loco' Rosales lo sacó de su tranquilidad hasta que al final se armó la rosca... Tremenda trompada del 'Loco' en la mandíbula del 'Negro', que quedó desmayado por quince minutos, ahí nomás el pleito se había terminado...

Otra vez, había baile en lo de Pita ("La Armonía") ahí íbamos los de Udaquiola, en general unos 15 o 20. Los más mentaos en sus coches, porque no cualquiera en la noche y por la tierra, los locos Campos, varios... el Roque y su Ford F100, el 'loco' Oyhamburu y su Jeep, (el cual otra vez lo había volcado por una apuesta en la puertas del club). Uno de los mas seriecitos, el 'Cogote' Novillo (con él viajaban los Lapolla, Teruggi y Landa)..

Antonio Zétola con su Fiat 600, y mi amigo José Acosta que tenia un Ford T que era un lujo, ahí fuimos al bailongo. El 'Loco' Rosales con nosotros, todo fue muy tranquilo y normal.

A la salida del bailongo, ya a punto de amanecer, el 'Loco'  Rosales le dice a Zétola (el del 600), "te juego 500 pesos que llegamos primero a Udaquiola nosotros con el Ford T". Antonio, lo miró al 'loco', y tanteo, qué carajo estaba tramando...

El 'Loco', le dice: "bueno, una sola cosa, danos cinco minutos de ventaja". Antonio le responde: "Loco, les doy 15 minutos", "de ningún modo" dice el 'loco', "cinco minutos y a poner los quinientos pesos".

Cabe acotar aquí que el Boliche de Pita estaba a unas 5 o 6 leguas de Udaquiola, y un solo camino obviamente de tierra y bastante malo (como ahora). El asunto es que cuando nos sentamos en el Ford T, José le dice al 'loco': "vos estás mamao... ¿cómo mierda voy hacer para no dejarlo pasar hasta Udaquiola, con esta porquería?. El 'loco' muy tranquilo le dice: "vos mirá pa' delante nomás y eso corre por cuenta mía".

Y largamos en punta como lo pactado, varios autos nos pasaron hasta que, el Fiat 600 muy distinguido por andar un solo faro se puso a la cola del Ford T, así transcurrió un par de metros la cosa hasta que el 600 se puso a la altura de la puerta trasera del Ford T tratando de pasar. Fue en ese entonces que el 'Loco' Rosales, 'peló' el 38 largo y le metió un tiro en el paragolpe que largó un chispazo y un fogonazo, más una atronadora estampida. 

Tanto José como yo nos habíamos 'cagao encima' creo...

Se preguntará como terminó la cosa...

Y sí... llegamos a Udaquiola y el amigo Antonio el del Fiat 600, se había quedado en el camino, esperando se hiciera de día. Entonces ahí llegó, estaba pálido y se bajó como que algo le había hecho mal. Claro... el 'loco' Rosales con sus quinientos pesos y la apuesta ganada.....

Udaquiola... aquellos tiempos...

(mi agradecimiento al autor de este cuento, Adolfo Forio Tellechea, por autorizarme la publicación del mismo y, de esa manera, poder compartirlo con todos ustedes. Si bien el mismo no es un cuento de fútbol, el mismo trata sobre quien fuera un reconocido jugador de Estudiantes de Ayacucho y la selección de nuestra ciudad. Gracias Adolfo!!)

sábado, 29 de noviembre de 2014

Esa puta Oligarquía...

Udaquiola, mitad o poco más de la década del 60’, comenzaba mi viaje a la Escuela Nº 27, quizás lo más extraordinario que puede quedar dentro de lo que nadie puede apoderarse: los recuerdos.

Veinte kilómetros entre la ida y la vuelta, en el transporte público de cuatro patas llamada ‘Roberta’, la cual atravesábamos por una docena de vecinos que atentamente vigilaban ese viaje diario Letchauregui, Landa, Rivas, Corazzín, Ateiro, Ceballos, Melín, Martínez, Ridolfi, Tellechea, Belllocq, Vaquer, (cabe acotar que ‘La Roberta’, a la vuelta por propia voluntad paraba en la zanja frente a lo del paisano Martinez y tomaba todos los días entre 28 y 32 tragos de agua). 

Al fin, la entrada triunfal al microcentro de la ciudad donde el imponente Shopping de “Alonso, Caveda & Cía.” era el poderoso corazón de Udaquiola, no menos de 15 personas allí trabajaban, donde además de lo necesario estaba lo imposible, y si no estaba en 24 horas era traído por el Ferrocarril Roca (hasta tres servicios por día).

Además de contar con Hotel, Carnicería, Peluquería, Aserradero, y muchas veces prestar plata a algún vecino (sin interés) cuando las cosas eran complicadas, luego, el hasta hoy imponente Club Social y Deportivo, dos talleres mecánicos, en el cual se destacaba en uno de ellos dos aviones que se guardaban y que para nosotros era como ver la NASA, y un auto espectacular de carrera que emulaba al de Fangio visto únicamente en “El Gráfico”, todo esto en el taller de José Rocha.

El otro sitio de Udaquiola que tenía la emoción y el aroma era la Panadería de ‘Pocho’, las mejores tortas negras del país que conocíamos "Udaquiola", y por supuesto las autoridades indiscutibles del Jefe de Estación, el policía Díaz, Montaña, Jefe de Correo, y la Directora de Escuela, que su palabra era irrefutable.

Una de las particularidades de Udaquiola y sus alrededores, era la disputa del campeonato de fútbol más intenso que se pueda imaginar, Solanet, Langueyú, Casalins, “La Protegida” de los hermanos Laplace, Almacén “La Armonía” de Sebastián Pita (tanto aquí como en “La Protegida” las carreras de caballos eran las preferidas y el ‘pase inglés’ gozaba de fama).

Pero los domingos futboleros batían récord de público, y Udaquiola se vestía de gala para aquellos encuentros, donde brillaban los Sferrra, Etchevest, Novillo, Rosales, Teruggi, Bazterrechea, Lapolla, etc. Pero el escollo y el clásico, se jugaba con Solanet, que en Udaquiola de local se le podía, empatar o ganar, pero en Solanet imbatibles, es que ahí estaba el problema… los Jaramilllo…

 Excepto Don Ignacio, la familia Jaramillo a pleno

Mario, Jorge, Ricardo, Luis, Roberto, por suerte venia más atrás, el cuarteto era imparable con algunos más de ahí, y “decían que los Jaramillos traían alguno de Ayacucho, y tenían un técnico (Jorge Gimbatti) que era de La Capital” es obvio que aquellos encuentros futboleros terminaban con el gran “Baile y Diviértase”, donde aquí también “Los Jaramillos”, en especial uno de ellos, era lo destacado de la noche. 

Donde sonaban las famosas orquestas, y desde pasodobles, tangos, hasta el rock, y por último, los lentos donde ‘se apretaba’, y los pavos bajitos como nosotros suspirábamos "mmm" viendo a estos como ‘calentaban el mate’.

Tiempos de minifaldas, y pelos muy largos, tiempos setentistas, donde “Imagine” de John Lennon o “Satisfaction” de Rolling Stones, eran interpretadas en una suerte de inglés en arameo vasco o algo así, más ‘Pepe’ que tenía su club de fans y admiradoras en el lugar que pisaba... un Sandro local...

Tiempos de familias enteras, de solidaridad, tiempos de palabra, tiempos de trabajo y bolsillos opulentos, donde seguro el trabajo sobraba pero lo que no alcanzaba era el tiempo para estar en todas partes. La agenda de espectáculos estaba llena, y hasta los días de semana...

En definitiva para explicarlo hoy, fue AQUELLA PUTA OLIGARQUIA, para el relato que ocurre hoy.

En recuerdo a Mario... que ya estará con Don Ignacio, aquel que alguna vez contó César, que el Don estaba de más...

 Mario Jaramillo [1953-2013]

(agradezco enormemente a mi querido amigo Adolfo Forio por esta evocación a Mario Jaramillo a un año de su partida y, a su vez, una hermosa pintura social y futbolística de la zona de Solanet y Udaquiola allá por las décadas del 60/70)