domingo, 11 de noviembre de 2012

Pedro ‘Carita’ Gourriet: con la categoría y elegancia de los grandes (1ª parte)


¿Vos tenés una página de fútbol local y todavía no le hiciste una nota a ‘Carita’ Gourriet?

La pregunta machacaba y machaba. En el trabajo, en la calle, en la reunión de amigos, la consulta era recurrente. Yo también me la hacía.

Era la nota que me debía, y que le debía a usted, amigo lector.

Todos quienes lo vimos jugar convendremos en decir que fue uno de los más grandes jugadores de nuestro fútbol, heredero de la rica tradición del fútbol ayacuchense, ‘Carita’ hizo de la elegancia y el señorío sus cartas de presentación. 

Donde fuese.

Excedió nuestras fronteras, el fútbol tandilense quedó encandilado con su excelencia y lo llevó a desplegar su juego en un fútbol que, a mediados de los ’70, 'pisaba fuerte' no solamente en la región sino también en nuestro país.

Tanto es así que en el año 1973 en la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, ‘Carita’ integrando la selección tandilense logra el Sub Campeonato Argentino de Selecciones con aquel recordado equipo que tenía jugadores de la talla de Osvaldo Rigante (ex Independiente de Avellaneda), Aldo Varales, Gerardo Villar, Norberto Alonso, Juan Carlos Gamalero y Mario Rodríguez, entre otros.

Esa conquista nos habla, claramente, de un jugador que representó extraordinariamente a los ayacuchenses, dejando bien sentado el prestigio de nuestro fútbol, defendiendo la camiseta de la selección serrana, nuestro eterno rival.

Cuando se habla de un mundo globalizado el fútbol no escapa a esos parámetros. Ese rótulo tan en boga hoy en día, si lo llevamos a lo puramente futbolístico, también nos señala la pérdida de una identidad. La forma de jugar en nuestro país es “la nuestra”, en Italia es el ultraconservador “Catenaccio” quien ha moldeado la forma de jugar en la península. Brasil, por su parte, siempre ha priorizado el buen trato del balón y el fútbol germano ha rendido siempre el culto al despliegue físico y a rígidos esquemas tácticos. Escuelas y modelos diferentes, a lo largo de muchísimo tiempo, que hoy se han convertido en algo homogéneo en este mundo ‘globalizado’, donde hoy todos juegan más o menos parecido.

A pesar de todo, hay gente en la que permanece intacto ese espíritu de jugar bien al fútbol del buen trato de la pelota y una idea fundamental: ante todo este hermoso deporte es un juego.

Pedro ‘Carita’ Gourriet adhiere firmemente a esos lineamientos motivo más que suficiente, sumado a su rica y extensa carrera futbolística, para que me acerque a su hogar en busca de bucear en sus recuerdos, de rememorar aquellas vivencias tan presentes en él y, por qué no, escuchar con atención a quien uno tanto admiró dentro de una cancha y a quien tanto estima fuera de ella.

Esta es su historia.

Soy nacido en Ayacucho el 6 de Octubre de 1943, estoy casado con María Eva Azueta con quien tengo una hija, María Justina de 22 años. Comencé como todo chico a jugar al fútbol y a los 10 años intervine en un campeonato de baby fútbol que se hizo en el Club Ferroviario. Yo lo hacía por la Escuela Nº 1, y también jugué un Baby en la plaza Ciaño, para “Sportivo Alsina” que era la muchachada del 'Bar de la Coca' (esquina de Irigoyen y Av. Miguens). 


Parados (izq. a der.): Marcial 'Chain' Álvarez (DT), Jorge Lo Cirio, 'Kelito' Rigas, Pedro 'Carita' Gourriet y el 'Vasco' Iriarte
Hincados (izq. a der.): Carlos 'Cato' Connolly, 'Tito' y Alejandro Masciotro

Mis padres eran caseros en una vivienda en calle A. del Valle casi 9 de Julio (casa que actualmente es de la familia Beltrán) y teníamos una salida, de tierra, a calle Irigoyen en donde estaba la cancha. La misma estaba ubicada donde vive actualmente José Manuel Zeberio.

Todo ese cuarto de manzana era un baldío y ahí se encontraba la cancha en donde estábamos todo el día. Después, cuando me hice más grande, Defensores construyó su cancha de básquetbol (en el frente de la sede) y ya nos íbamos al club a 'patear’ ahí porque el piso era parejito. Saltábamos la reja y entrábamos. 

Ahí también estábamos todo el día y en la época en que Aníbal Alonso era el cantinero, que fue un tipo bárbaro para mí, si había gente jugando al básquet no se podía jugar al fútbol y cuando se iba esa gente nos quedábamos con él y se armaban unos ‘picados’ hermosos hasta que oscurecía. Así todos los días.

En esos años no había tantos autos y la dueña de la casa donde vivíamos tenía un auto que a la tarde lo sacaba, entonces cuando yo venía de la escuela tenía el garaje libre y con una pelotita de goma le daba hasta que empezaban a venir los demás. La cuestión es que cuando empiezo a jugar en los ‘picados’ yo le pegaba con las dos piernas. Yo no sabía ‘que no se podía’ y muchos se sorprendían, pero no era porque yo fuera mejor que ninguno, era producto de tanta práctica.

Pasa el tiempo y ‘Tuta’ Vitral y ‘Chiquito’ Pereyra me fichan para Independiente. Era raro, pues yo pasaba todo el día en Defensores pero del club nadie me había dicho nada, yo no estaba fichado en ningún lado, y así empiezo a jugar en la 3ª de Independiente durante dos años.

Club Atlético Independiente 1958 (2ª división)

Parados (izq. a der.): Marcos Simonetti, Roberto Igarza, René Lara, Abel Tiani, Miguel Fernández, Pedro 'Carita' Gourriet, Camilo Meas, 'Cartucho' Labala, Alfredo Cedarri, Horacio 'Luli' Ancinas y Miguel Márquez

¿Se sorprendió la gente de Defensores?

Seguramente se habrán sorprendido pero es que de Defensores nadie me había dicho nada. Yo pasaba el día ahí jugaba al básquet, fútbol, billar, baldeaba el salón, ponía las mesas para los bailes con el gordo Malvestitti, etc. Cuando de Independiente me preguntan si no quería fichar para ellos ¿cómo no iba a querer jugar? Con 15 años debuto en Primera División.

¿En qué puesto?

De ocho, siempre de ‘8’.

Agarrás el mejor Independiente, que venía de salir campeón de 1955 a 1959 consecutivamente…

Venía saliendo un poco de ese nivel pero llegué, por ejemplo, a jugar con ‘Oreja’ Pérez con quienes me pasaron dos cosas fantásticas y tuve la suerte, con el tiempo, de podérselas decir.

Un sábado había jugado en 3ª y el domingo estaba almorzando y me van a buscar para jugar en Primera porque ‘Oreja’ no venía. ¿Sabés como estaba yo? Iba a debutar en Primera con 15 años en una época en donde no había tantas cosas como hay hoy. Bueno, la cuestión que tenía un embale bárbaro, llego a la cancha, me empiezo a vestir, no recuerdo si iba a jugar de ‘8’ o de ‘10’, y miro y estaban todos los 'monstruos': Ceresini, ‘Pipo’ Cestona, Simonetti, ‘Pelusa’ Cestona, ‘Cartucho’ Labala, el ‘Tero’ Cabarrou, el ‘Negro’ Cueto, etc. Estábamos cambiados, listos para salir a la cancha, y por ahí siento el ruido de una moto y era ‘Oreja’ que llegaba. “La puta madre” pensé.

El hermano, ‘Chichín’, era nuestro director técnico y le dice “¿qué te pasó?”, lo retó delante de todos. “Se me rompió la moto ayer, y recién hoy la pudimos arreglar y yo te avisé que no iba a llegar” y le dice ‘Chichín’ “¿vas a jugar?” y me mira ‘Oreja’ y pregunta “¿están todos?” Sí -le responde ‘Chichín-  "No, entonces no" -dice ‘Oreja’ y quedó afuera.

'Carita' en la fila de abajo, 3º desde la izquierda, en uno de sus primeros partidos con la casaca de Independiente en Primera División (1959)

Se había venido desde Las Armas en moto, ¿escuchás lo que te digo? Y dijo “No, que juegue el pibe”. Por eso yo tuve la suerte de poder decírselo mano a mano y después otra vez que también 'Oreja' llegaría tarde ‘Chichín’ me da la camiseta ‘10’; al rato llega ‘Oreja’ y pregunta por la camiseta 10 y ‘Chichín’ me mira y le dice “la 10 la tiene él”, “bueno, entonces dame la 11” -le dice ‘Oreja’. Un gesto bárbaro y además dentro de la cancha nunca una palabra de más o un reproche. Pasa que eran tipos muy futboleros que sabían muy bien como se maneja el ambiente del fútbol.

Un par de años en Independiente y, ahora sí, vestís la tricolor…

En 1961, Defensores compra mi pase, que por esos años le dieron a mi madre cinco mil pesos. Antes, cada dos años, había ‘pase libre’ que era una cosa buena para los pueblos, los jugadores iban de un lado al otro y el que no tenía lugar en un club se iba a otro y se generaba mucho movimiento. Juego ahí hasta 1963 y al año siguiente me voy a hacer la conscripción a Colonia Sarmiento en donde juego en una Liga de Comodoro Rivadavia, no sé si era afiliada o no, que se jugaba desde Septiembre a Abril y cuando me dan la baja me quedé viviendo en un hotel hasta que finalizara el campeonato.

Club Atlético Defensores de Ayacucho (1961)

Parados (izq. a der.): Tomás Arbillaga (DT), Roberto Póo, Juan Scottu, Irazábal, 'Pete' Crocci, Pedro 'Carita' Gourriet, 'Cordobés' Rodríguez y Campelo (masajista)
Hincados (izq. a der.): 'Gallego' Ramón, Rodolfo Flores, 'Turco' Asis, Iturria y Juan Flores

Cuando vuelvo de la 'colimba' juego un año más en Defensores y en 1966 al surgir un conflicto porque había llevado mucho tiempo organizar el Campeonato Argentino, en Ayacucho no hubo campeonato y con ‘Pocho’ Guisande nos fuimos a jugar el Torneo Agrario de Tandil, haciéndolo para El Amanecer, que era una fábrica de productos lácteos sobre la Ruta 226. Tomasito Moro era amigo de uno de los dueños de El Amanecer y fuimos inicialmente con el ‘Pato’ Guisande y después empezó a ir ‘Chichilo’ con quien yo no tenía contacto, sabía que jugaba al fútbol pero no lo conocía.


Artículo que refleja el paso de Pedro Gourriet por el fútbol agrario, leer con atención el final del mismo
(segín el navegador que se use, y ante la dificultad de no poder acceder a la lectura del artículo, guardar imagen en la PC para su posterior lectura)

Estuvimos un año jugando el Agrario y cuando retorno a Ayacucho estaba viviendo en la casa de Miguel Didío y me jodían para que fuera a jugar a Sarmiento y juego un par de amistosos para ellos. Se hace un negocio en donde a Defensores van Juancito Cuneo, Oscar y ‘Titi’ García y a cambio de ellos yo ficho para Sarmiento.

¿Cómo era aquel Sarmiento al que vos llegaste?

Sarmiento siempre tuvo una base (Didío, Mingone, ‘Pocho’ Guisande, Echeverría, etc.) pero sumado a eso todos los años se reforzaba con un par de jugadores, después siempre tuvo buenos arqueros, jugando ‘Chichilo’ ni hablar, Miguel Didío era un ‘5’ tipo Miguel Basualdo, etc. Miguel Didío era un tipo muy respetado en la zona, él te robaba 30 pelotas por partido y no te dabas cuenta que te la sacaba, no pegaba patadas, siempre muy bien ubicado. Me hace acordar el ‘5’ del Barcelona (Busquets), ese flaco roba dos millones de pelotas por partido, no pega patadas, no se tira al piso y encima la agarran y se la dan a un compañero.

En Sarmiento se entrenaba, no sé si en otros clubes entrenarían, se citaban a 11 jugadores para entrenar y aparecían 15. Además, como muy tarde, el sábado a la noche una salida al cine y a dormir pues vos veías que el ‘Zurdo’ Mingone se acostaba temprano, Miguel y el resto de los muchachos lo mismo y es por eso que también, porque se cuidaron, jugaron un montón de años.


'Carita', 3º desde la izquierda en la fila inferior, formando con el plantel campeón del Club Atlético Sarmiento (1969)

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