Durante la década del '60 y del '70 eran muy comunes los encuentros de fútbol interescolar en donde competían nuestros representativos enfrentando a equipos de la región.
Nos situamos en 1970 en el Estadio Municipal de Ayacucho (aún no denominado "Dr. José Antonio Barbieri") y vemos al representativo de la ENNSA sumado a algún refuerzo que había convocado el director técnico de esta formación, Eduardo 'Bocha' Giangiobbe, para enfrentar al equipo de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata partido que culminó 1-0 con victoria para el elenco marplatense.
Para mayores precisiones acerca de este encuentro consultamos a uno de los pocos jugadores que vemos en la foto y que aún residen en nuestra ciudad (Dr. Carlos Tomás Moro) acerca de aquel cotejo con un dejo amargo para él. Esto nos decía: "De ese partido me acuerdo bien, se jugó un domingo de mañana, pues el día anterior nosotros habíamos ido a jugar a Monte y habíamos vuelto tarde. No recuerdo quien hizo el contacto con la Universidad de Mar del Plata para que el equipo de la Facultad de Derecho viniera a jugar acá.
Yo no iba a ir a jugar, estaba cansado del viaje y pasa por casa 'Bocha' Giangiobbe, mi mamá estaba barriendo la vereda y 'Bocha' le dice: "Che, mandalo a Carlos a jugar que lo necesitamos, que somos pocos". Mamá viene a la pieza y me dice lo que le había dicho 'Bocha' y yo como todo chico que quiere jugar me entusiasmé y fuí.
Resulta que empieza el partido y en un cruce con un rival chocamos la rodilla de él con la mía y me rompí la rótula.
En un momento, viene Luis Miramont a donde yo estaba caído y dice: "esto no es nada, es un calambre" y me agarra la pierna, enderezándola, entonces los huesos rotos de la rótula cortaron los pocos tendones que aún estaban sanos.
En la tribuna estaba quien por entonces era el Intendente de Ayacucho, Guillermo 'Buby' Schoo Lastra, quien tenía una Rambler Rural que ofició de ambulancia, me llevó al Hospital en donde fui recibido por el médico de guardia, Dr. Juan Patalagoity, y desde ahí lo llamaron a mi padre, quien estaba en la quinta haciendo un asado.
Posteriormente el médico que me operó, el Dr. Rocca, de Tandil, me decía que lo que más le costó fue unir eso, hizo realmente un trabajo artesanal, y que "vos con 18 años no vas a quedar inválido, vas a volver a jugar y hacer una vida normal".
Yo por esa época jugaba en la 3ª del Ateneo Estrada y pude volver a jugar unos partidos pero ya después me fui a estudiar a la ciudad de La Plata en donde jugué en la Universidad en los campeonatos que allí se realizaban.
Usábamos una camiseta azul con una banda blanca que era propiedad de la Escuela Nacional y en la foto hay chicos, como el ‘Pato’ Guisande, que no eran de la Escuela Normal pero que habían reforzado nuestro equipo pues nos faltaban jugadores.
Muchos de mis compañeros ya tenían alguna experiencia en clubes locales. El ‘Tortita’ González, jugadorazo, jugaba junto a Raúl Bachex en Sarmiento, Néstor ‘Calín’ Mezquiriz, tío de Pablo Franco, era muy buen jugador, muy hábil, y jugaba en Independiente junto a Jorge Coyoupetrou, zurdo, quien era defensor y podía jugar de ‘3’ ó de ‘6’.
Ricardo ‘Negro’ Sturla jugaba por esa época en Ferroviario y posteriormente jugó en Sarmiento; Carlitos Almirón atajaba en el Ateneo Estrada (suplente de Alberto Volontín) y en el mismo club jugaba Saúl Pintos, muy buen jugador, grandote, un muy buen zaguero el ‘Negro’, en este equipo él jugaba de ‘2’ y yo de ‘6’ y por último, Juan Ángel Piergüidi es el padre de Antonio Piergüidi quien jugó en Gimnasia y Esgrima La Plata entre 2005 y 2008, en Quilmes 2008/2009 y que actualmente lo hace en Rivadavia de Lincoln".
También, si bien no recuerda muchos datos de aquel cotejo, nuestro amigo Saúl Pintos, otro protagonista de aquella jornada, aporta su testimonio: "No me caben dudas que habría mucho para decir, pero a tantos años, si bien los buenos momentos no se olvidan, la memoria te traiciona y te abandona.
Ver fotos o mejor dicho estampillas que están grabadas en el corazón, te hace temblar eso que decimos que tenemos muy adentro y aflora generalmente con el recorrido de una lágrima que llega al piso después de pasar por cada uno de los centímetros de piel que se eriza para decirte que estás vivo.
Si van a seguir subiendo sentimientos a la web, sugiero que expresen NO APTO PARA SENSIBLES ya que muchos, por no decir todos, pueden colapsar por emoción violenta.
Esta página no es para los pibes, tal vez sí a través de un abuelo, pero a eso vamos, los interesados directos ya peinamos canas, y con cosas referentes al corazón no se juega.
Después de esto, le pregunté a mi señora si andaban los cortos por ahí, solo como para ver si todavía puedo cabecear como era mi costumbre o pegarle seco con destino de red, a lo que ella me preguntó ¿le pegaste a la red alguna vez?, y me puse triste ya que como defensor en más de una oportunidad lo hice revolcar a mi arquero sin un buen resultado a favor. No!!! Hablemos en serio, creo no haber convertido algún gol en contra, siempre tuve buenos compañeros en mi arco.
Muchachos, felicitaciones por la página, es cierto que el deporte es el mismo, pero lo que cambia es la pasión por practicarlo, no está en mí emitir juicio acerca de si era mejor o peor el fútbol de antes o el de ahora. Solo puedo hablar y manifestarme de lo que me tocó vivir en mi época activa como hincha, jugador, entrenador y preparador físico.
En mi etapa de niñez y adolescencia para un partido en un potrero, se juntaban 40 contra 40, sobraban jugadores, sobraban canchas, sobraban amigos, sobraban ganas, lo que no sobraba era tiempo, un partido en el “Aero” podía comenzar el sábado a las 14 hs. y terminar a oscuras, y al otro día seguía la revancha.
Hoy le tenés que pedir tiempo a la vida, porque es más importante ganar un mango que hace falta, que jugar con amigos, ¡Qué también hace falta!
Así estamos de acelerados, pero… hubo otra época, que los que tuvimos el placer de vivirla, creo no la cambiamos, y deseamos que vuelva… y si no vuelve… que importa… ya la tenemos capitalizada como la vida misma.
Gracias por ayudarme a recordar que estas cosas pasaron y me hicieron muy feliz, tanto que sigo siéndolo".
Parados (izq. a der.): Jorge Coyoupetrou, Saúl Pintos, Jorge 'Pato' Guisande, Carlos Almirón, Carlos Moro y Ricardo 'Negro' Sturla.
También, si bien no recuerda muchos datos de aquel cotejo, nuestro amigo Saúl Pintos, otro protagonista de aquella jornada, aporta su testimonio: "No me caben dudas que habría mucho para decir, pero a tantos años, si bien los buenos momentos no se olvidan, la memoria te traiciona y te abandona.
Ver fotos o mejor dicho estampillas que están grabadas en el corazón, te hace temblar eso que decimos que tenemos muy adentro y aflora generalmente con el recorrido de una lágrima que llega al piso después de pasar por cada uno de los centímetros de piel que se eriza para decirte que estás vivo.
Si van a seguir subiendo sentimientos a la web, sugiero que expresen NO APTO PARA SENSIBLES ya que muchos, por no decir todos, pueden colapsar por emoción violenta.
Esta página no es para los pibes, tal vez sí a través de un abuelo, pero a eso vamos, los interesados directos ya peinamos canas, y con cosas referentes al corazón no se juega.
Después de esto, le pregunté a mi señora si andaban los cortos por ahí, solo como para ver si todavía puedo cabecear como era mi costumbre o pegarle seco con destino de red, a lo que ella me preguntó ¿le pegaste a la red alguna vez?, y me puse triste ya que como defensor en más de una oportunidad lo hice revolcar a mi arquero sin un buen resultado a favor. No!!! Hablemos en serio, creo no haber convertido algún gol en contra, siempre tuve buenos compañeros en mi arco.
Muchachos, felicitaciones por la página, es cierto que el deporte es el mismo, pero lo que cambia es la pasión por practicarlo, no está en mí emitir juicio acerca de si era mejor o peor el fútbol de antes o el de ahora. Solo puedo hablar y manifestarme de lo que me tocó vivir en mi época activa como hincha, jugador, entrenador y preparador físico.
En mi etapa de niñez y adolescencia para un partido en un potrero, se juntaban 40 contra 40, sobraban jugadores, sobraban canchas, sobraban amigos, sobraban ganas, lo que no sobraba era tiempo, un partido en el “Aero” podía comenzar el sábado a las 14 hs. y terminar a oscuras, y al otro día seguía la revancha.
Hoy le tenés que pedir tiempo a la vida, porque es más importante ganar un mango que hace falta, que jugar con amigos, ¡Qué también hace falta!
Así estamos de acelerados, pero… hubo otra época, que los que tuvimos el placer de vivirla, creo no la cambiamos, y deseamos que vuelva… y si no vuelve… que importa… ya la tenemos capitalizada como la vida misma.
Gracias por ayudarme a recordar que estas cosas pasaron y me hicieron muy feliz, tanto que sigo siéndolo".
Parados (izq. a der.): Jorge Coyoupetrou, Saúl Pintos, Jorge 'Pato' Guisande, Carlos Almirón, Carlos Moro y Ricardo 'Negro' Sturla.
Hincados (izq. a der.): Raúl 'Petiso' Bachex, Luis 'Mordancio' Miramont, Daniel 'Tortita' González, Juan Ángel 'Pingüino' Piergüidi y Néstor 'Calín' Mezquiriz.
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