¿Cómo llegás a la selección?
En 1963 yo tenía a Miguel Ángel Dodero como entrenador en Río Negro por lo que él ya me conocía pero nada tuve que ver con su llegada a la selección. Tres años estuve con él en Villa Regina, era un señor. Espectacular. No le anduvieras con mentiras que podías ser el mejor jugador pero no jugabas. Acá lo manosearon mucho. Venía cualquier dirigente y le quería imponer jugadores.
Mi pase pertenecía a la Liga de Necochea y allá fueron Felipe Romero y Tomasito Moro a solucionar ese tema. Y jugué mis primeros tres partidos para el combinado ayacuchense, pero jugué sin el pase, yo no sabía nada. Un club de Necochea solicita mi pase y de vuelta para allá. Estuve un tiempo allá y ya me volví definitivamente a Ayacucho.
¿Cómo eran aquellos clásicos con Tandil?
Eran lindos, una vez íbamos perdiendo allá 3 a 0 y le ganamos 4 a 3. Terminado el partido estábamos cenando los dos planteles en un restaurant y entra el Presidente del Club Ramón Santamarina y señalando a plantel ayacuchense dice "estos son jugadores, no ustedes". Los tandilenses se calentaron, se pararon y se fueron todos. Nos quedamos comiendo solos. Era impresionante ver desde el cruce de Fulton hasta Ayacucho una interminable fila de autos, a ambos lados de la ruta, esperando el paso de los autos que nos llevaban de vuelta a Ayacucho y sumarse a una larguísima caravana detrás nuestro. Era un carnaval bárbaro.
Año 1970. Estadio "Gral. San Martín". Antes de un Tandil-Ayacucho posa nuestra selección
('Chichilo' en la fila superior, sexto empezando desde la izquierda)
¿Estuviste en aquella trifulca del '68 en Tres Arroyos?
Sí, lo mejor que pudo haber pasado es que perdiera Ayacucho pues si no nos mataban a todos. Había gente con cuchillos y revólveres en la tribuna de Tres Arroyos.
¿Dónde se origina el problema?
En una pelota que sale fuera de la cancha, al lateral, un milico que estaba junto al borde de la cancha la mete dentro de la cancha y habilita al '10' que sigue la jugada y mete el gol. Bueno, se armó una discusión bárbara. Vienen los hinchas de Tres Arroyos a la tribuna ayacuchense y alguien grita “fue el del bombo” y suben en busca de ‘Pelusa’ Canavessi quien le parte el palo del bombo en la cabeza a un hincha de Tres Arroyos. Le salía sangre, parecía una ballena (risas). Si vas hoy a Tres Arroyos en una vidriera se exhibe el bombo de la hinchada ayacuchense.
Otra linda se armó en Dolores en otro partido de la selección. Estaba por empezar el partido, todo tranquilo, y llega el ‘Loco’ Garaboa con la hinchada al grito de “Ayacucho, Ayacucho”. La cancha no tenía alambrado, eran unos palitos así nomás
Yo pensé ‘acá nos pegan una garroteada’. Casi me echan ese día, íbamos ganando uno a cero y se va afuera una pelota y no había alambre tejido. La voy a buscar y la tiro un poco más lejos como si se me hubiera escapado y se me vino el referí meta pito “pi pi pi” y me decía que me iba a echar. Yo me callé. Al ratito nos meten el gol ellos. No sé como entró esa pelota, el arquero estaba bien pegado al palo y la pelota entró entre el palo y el arquero. Siguió el partido y en el segundo tiempo le hicimos otro gol ¡Dios y la Virgen como estaba esa cancha querido, era una bomba de tiempo! Llena totalmente, gente por todos lados, parecía que no salíamos de ahí pero ganamos nosotros 2 a 1 y a Dios gracias no pasó nada.
¿Qué disfrutabas más, jugar en Sarmiento o en la selección?
Me daba igual, yo siempre entraba a jugar. Mientras estuviera la plata... (risas).
¿Cuál fue el mejor partido que jugaste acá en Ayacucho?
Calculo que con la Selección contra Necochea en la campaña de 1968.
El arquero Galelli encabeza la fila antes de enfrentar a Necochea en 1968. Concentrados, le siguen 'Chichilo' Echavarría, Miguel Ángel Vidal y Carlos Próspero
¿Cuál fue el mejor jugador que viste acá en Ayacucho?
Sajama, el '4' que había traído Sarmiento (ex jugador de Nueva Chicago) y un '9' que había traído Independiente de apellido Mendoza que era muy bueno.
Hablando de delanteros, en aquella época había muy buenos ¿no?
Sí, estaba 'Pocho' Guisande, Genín que era un buen delantero, 'Cacho' Asta, etc. había varios.
¿Cuál fue el jugador que más te complicó?
El más difícil fue Teri de la Selección de Necochea. Era alto y grandote.
¿Tuviste lesiones de importancia en tu carrera?
No, nunca nada de importancia. Desgarros y esas cosas tuve pero nada de gravedad.
Tenías una elasticidad que asombraba al igual que una capacidad de salto terrible ¿es cierto que en un gimnasio con la punta de la zapatilla tocabas la red y la metías para adentro del aro?
En el club Atlético le jugaba siempre una cerveza a Jorge Cantarini pues él no lo creía “pago, pago la cerveza” decía Jorge y yo iba y se la ganaba y luego Jorge me decía “pero la p… que lo p…” (risas)
¿Había algún jugador con el que te entendías mejor?
Que se yo, estaba Vallejos, estaba Didío, estaba Gourriet, buenos jugadores. En el combinado con Sajama y Vidal.
Tres grandes de nuestro fútbol: 'Carita' Gourriet, Hugo Ciganda y 'Chichilo' Echavarría (1970)
¿Cuál era la receta ante delanteros veloces?
Llevarlos para el lado de la raya, cuando la pisaban ‘sonaste’. Encerralo contra la raya y ahí no tiene escapatoria. Una vez un delantero de Benito Juárez lo tenía ‘loco’ a Carlitos Próspero y yo le decía “agárralo allá fuera del área y partilo” y no lo podía agarrar y no lo podía agarrar y por allá viene una pelota de alto y lo cabeceo atrás, en la nuca, y no jugó más.
El ‘Petiso’ Aneas era cargador, sobrador, y después de una jugada pensé para mí “a este lo parto en dos” y le pegué un cabezazo en el área chica que no se mató contra el palo de casualidad porque pasó extendido (en palomita) y se dio vuelta justo y evitó que la cabeza chocara contra uno de los postes del arco.
¿Alguna anécdota ‘Chichilo’?
Una vuelta lo hice echar a Miguel Didío (risas). Se armó un despelote y el referí tenía la culpa. El problema sucedió en un arco y nosotros estábamos en el otro arco. No teníamos nada que ver. El referí se vino al arco nuestro a hacer despelote, ninguno de nosotros había hecho nada y fui de atrás y le pegué una patada en el culo que lo levanté para arriba ¡Qué patada hermosa le encajé! Y no sé quien fue que dijo “fue el de bigotito” (por Miguel Didío) y fue y lo echó a Miguel. Preguntale vas a ver (risas).
Otra vez en Coronel Pringles, en 1968, antes del partido uno de los mozos del hotel me cargaba, me decía “¿y vos viejito jugás?” y yo le decía “no, si yo juego no figuran ustedes”. A la noche volvemos, Ayacucho había ganado 2 a 1, y me decía “Hijo de puta, jugaste viejo” (risas).
Aquella tarde de la victoria 2-1 ante Coronel Pringles en 1968. Chichilo en la fila superior, 2º empezando desde la derecha.
¿Estando en Sarmiento vinieron a buscarte para jugar afuera?
De Tandil, dos o tres veces vinieron dirigentes de Santamarina pero no se hizo.
¿A qué edad te retiraste?
Me retiré en Sarmiento, creo que tendría unos 40 años.
¿Te costó el retiro? ¿Extrañaste el hecho de no jugar más?
No, yo estaba cansado también.
¿Surgió la posibilidad de ser Director Técnico tras el retiro?
Agarré una vez Independiente pero a los 3 ó 4 partidos lo largué.
¿No era algo para vos?
No. En la cancha resolvía yo, acá no podía. Venía un jugador con que estaba enfermo, otro con que “me duele esto, me duele aquello”, así que largué todo.
¿Hace mucho que no vas a la cancha?
Hacía mucho que no iba. Me llevaron mis hijos Alejandro y Diego a ver la final del año pasado entre Sarmiento y La Fusión. Yo no iba a ir. Flojo el nivel y el referí. No sé todavía porqué hizo patear de vuelta el penal de Cristian García.
¿Cómo ves el hecho de la regionalización de nuestro fútbol?
Lo veo bien. Con la gente de acá solamente no se puede hacer gran cosa, pero lo que veo mal es que se les pague a los jugadores de afuera y no a los que son de Ayacucho. ¿Vos sabés si ellos en sus pueblos se entrenan por su cuenta? Yo cobraba, me entrenaba y cuidaba mi persona. Qué me importaba si los demás entrenaban o no.
Una vez recuerdo que estábamos en el combinado y se quiso hacer un paro para que nos pagaran mejor. Yo estaba en el vestuario y les digo a cuatro o cinco compañeros que vinieron a verme “¿qué pasa con ustedes?”, “Te venimos a ver para hablar con vos”. “Bueno, si tenés que hablar hablá, sabés que no tengo pelos en la lengua”. “Queremos parar todos para lograr que nos paguen más” me dicen. Entonces les respondo “Querés que te diga una cosa, las cosas las arreglo yo mismo, lo de ustedes arréglenlo ustedes. Las cosas mías las arreglo yo”.
Eduardo ‘Chichilo’ Echavarría un correntino leal y tranquilo, con las ideas claras. Firme, como cuando era aquella verdadera ‘muralla’ de Sarmiento y la Selección; tranquilo, disfrutando en familia sus jóvenes 75 años llenos de recuerdos y experiencia. Alguien a quien el fútbol ayacuchense le debe mucho y a quien más de un ‘veterano’ añora verlo corriendo en el Estadio desparramando categoría.
Solo nos resta decir con admiración y gratitud a este gran futbolista, ayacuchense por adopción, cuya carrera deportiva pervivirá para siempre en nuestra memoria: “Gracias 'Chichilo', muchas gracias”.
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