domingo, 8 de marzo de 2015

Luis Alberto Carluccio (Estudiantes de Ayacucho / Selección Mayor) -4ª y última nota-

En esta última nota repasaremos el paso por el fútbol ayacuchense de Luis Alberto Carluccio, uno de los más grandes que dio nuestro fútbol y de quien ya diéramos cuenta de su paso por Independiente de Avellaneda, Gimnasia y Esgrima de La Plata y el fútbol de Villa Gesell.

Instalados en el domicilio de Luis comenzamos la charla con aquel Estudiantes de mediados de la década del '70 que lo tuvo como protagonista, al igual que nuestra selección de aquellos años en la que competía en el puesto con otro grande de los tres palos: Eduardo 'Torta' González.

¿Cómo ves a la distancia aquel Estudiantes de mediados de los 70’?

Yo en Ayacucho solo atajé un año y medio en un equipo con una personalidad tremenda. El recuerdo que dejé en la gente no deja de sorprenderme.
Había un jugador clave y era el ‘Negro’ Lezcano, que también fue clave para nuestra Selección en 1975. El ‘Negro’ nos cambió a todos nosotros, era un tipo que venía con toda la experiencia de jugar al fútbol profesional, que te hablaba en el vestuario, que te decía “¡Nene!”.
Me acuerdo un día que estábamos empatando 0 a 0 con Defensores que nos estaba peloteando y en donde estaba atajando muy bien, y yo con 18 años quería ganarlo al partido. Sale una pelota afuera y yo vengo rápido para jugarla y continuar el partido y él me grita “¡Nene! ¿Qué hacés sos pelotudo? ¡Esperá!”.
“¡Vamos a ganarlo!” -le digo-
¡No. Nos están cagando a pelotazos! -me corta. No quería que yo sacara rápido, me quería enfriar porque nos estaban ‘peloteando’ de todos lados.

¿Y dejando de lado lo deportivo cómo lo ves, tantos años después, a Estudiantes una institución de la que hoy solo queda un hermoso recuerdo?

Era impresionante la plata que recaudaba Estudiantes en los bailes. Si esa plata la dirigencia no la hubiera volcado totalmente al fútbol, el club hoy tendría una sede, instalaciones, y tal vez la historia hubiera sido de otra manera.

¿Cuál fue el mejor partido de tu carrera?

Tuve un partido bárbaro el día que le ganamos 1 a 0 a La Plata en 1974 con Deportivo Ayacucho en la ciudad de Necochea, pero seguro que mi mejor partido lo tuve una noche de 1975 en Tres Arroyos con la selección local cuando perdimos 5 a 3.
Lógicamente, las sensaciones son agridulces pues ese día atajé todo y aun así me metieron cinco goles imagínate lo que pudo haber sido aquello.
Tanto atajé que una vez finalizado el partido, entró gente al vestuario preguntando "¿dónde está el arquero?", para saludarme, gente de la hinchada local.
Ese día, ganábamos 2 a 1, y en el segundo tiempo entra Julio Pasarín, en medio de un clima bravísimo, y viene un jugador de ellos que pasa la mitad de cancha rumbo al área, apareado por Julio quien luego lo deja, y encara, encara y por allá tira y me la clava en un ángulo. Un golazo. Si Julio lo hubiera desacomodado en carrera es probable que no hubiera sido gol y el trámite del partido hubiera cambiado.
Me parece que el que en realidad tendría que haber entrado era el 'Gallina' Escudero para tener más marca atrás en vez de Julio. Esa noche fue un robo y, además, nosotros jugamos todo el segundo tiempo con dos jugadores menos.
En el 4 a 3 viene el delantero de ellos y se va, se escapa y yo al salir veo que el tipo se enrieda solo con la pelota y detrás venía ‘Michi’ Corral, dos metros detrás, y al ver caer al delantero de Tres Arroyos el árbitro cobra penal. El tipo se cayó solo. Eso fue el robo más grande que yo recuerde. De todos modos con el empate quedábamos afuera igual.

 Selección ayacuchense en 1975

Esa noche nos faltó Horacio Genín, que si hubiese jugado Horacio esa noche no hubiésemos perdido.
Después del partido, mientras estábamos cenando, entró una persona al restaurante y pidió en voz alta hablar con el presidente de la delegación de Ayacucho. ‘Tito’ Martínez le responde “soy yo ¿qué precisás?”, “el arquero venimos a comprar” y ‘Tito’ le contesta: “no, ya está vendido a Gimnasia y Esgrima La Plata” (risas). Y a raíz de ese partido también les gustó Hugo Ciganda quien jugó por años en Boca de esa ciudad.
Para mí la confianza era todo. En mi caso, yo atajaba la primer pelota buena y pensaba para mí “hoy no me hace goles nadie”. Ahora, si a la primer pelota iba medio dudoso ya me sentía así el resto del partido. El día que vos te agrandás no te hace goles nadie.

Pero acá en Ayacucho tenías tu hinchada, gente que no era de Estudiantes e iba a verte jugar pues le gustaba tu forma de atajar…

Un día me dice Jorge Diz, el veterinario, con quien solemos jugar en veteranos “yo soy amigo de Hernán Naveyra y un día su madre, no recuerdo como salió el tema, me dice mi esposo (el ex Senador y dirigente de la UCR local fallecido trágicamente años atrás) iba a la cancha para ver atajar a Carluccio. Voy a verlo volar a Carluccio" (risas).

 Estudiantes-Sarmiento, una postal de mediados de  los '70. 
Luis Carluccio atrapa un centro ante la inquietante presencia de Miguel 'Cachito' Asta

¿Cómo ves el nivel de los arqueros argentinos de hoy?

Muy bueno. Ese arquero de Lanús (Marchesín) es un arquerazo y Monetti es muy buen arquero también. ¿Sabés con qué arquero de hoy me identifico y que me recuerda a mi forma de atajar? Con Javier García, el de Tigre, yo atajaba así. Es espectacular, vuela, yo era así.

¿Qué tiene que tener un arquero para ser considerado bueno?

Hoy ya capaz que buscaría un arquero del estilo de Marcelo Barovero, sobrio, pero a mí me gusta el arquero que vuele como Monetti, de Gimnasia, que también es espectacular.
Hoy buscaría algún arquero así pero tenías arqueros como Miguel Ángel Santoro
(ex arquero de Independiente de Avellaneda en la década del ‘70) y no lo veías volar nunca pero lo veías pararse en la cancha y tenía una sobriedad que daba gusto. El buen arquero es al que menos goles boludos le hacen.
Miguel Ángel Santoro

¿A qué técnico recordás por lo que te enseñó?

Acá no tuve técnicos, acá era todo a pulmón, todo lo que aprendí era mirando en televisión a otros arqueros. Después buscaba siempre identificarme con otros arqueros y lo más grande que ví fue el ‘Pato’ Fillol por sobre todos los demás. Si como alguien hubiera querido ser, seguro que como Fillol.

¿Cosechaste amigos en el fútbol?

La mayoría de mis amigos provienen del fútbol. Yo anduve siempre junto a Jorge Aneas, a ‘Tito’ Martínez, a pesar de la diferencia de edad que tenemos, gente con la que andabas todo el día juntos pero por el fútbol pero con la que por ahí no tenías nada que ver.



Diario "Pionero", sábado 13 de Junio de 1981

Eduardo ‘Torta’ González tiene también aseguradora de seguros en Villa Gesell y no hay vez que no me mande saludos algún conocido de allá. Todo es por el fútbol.

¿Sentís que te quedó algo pendiente en el fútbol?

Gimnasia y Esgrima de La Plata. Lo voy a sentir toda la vida y siempre pienso en eso porque, además, los dos arqueros que estaban al nivel mío jugaron los dos en Primera. Antes o después yo hubiese jugado. La oportunidad estaba.
(NOTA: Luis se refiere a Héctor Cassé (arquero sordomudo quien desarrolló gran parte de su carrera en Temperley y atajó en dos partidos como titular en Gimnasia en 1979) y José Luis Ducca (quien después jugó en la Primera del ‘lobo’, Temperley, Independiente, Santamarina de Tandil, etc.).

¿Cómo se da tu vuelta al fútbol en Ayacucho, en veteranos?

Cuando yo vuelvo a Ayacucho en Octubre de 2005, no podía jugar al fútbol pues usaba lentes, empiezo a ir a ver los partidos de gente amiga como Mario Traiani, Rojito, etc.
Entonces decido operarme de la vista y ahí cambia todo. Yo ya no precisaba lentes y Mario Traiani empezó a decirme que fuera los sábados a jugar al Club Independiente
(donde estaba la cancha de rugby) y un día fui. Habrá sido allá por 2007 y empecé a ir seguido y agarrar más ritmo.

¿Qué significó para vos la obtención de la Rosa de Plata 2011 en Fútbol de Veteranos?

Sentirme gratificado por dos motivos. Primero porque volví a fugar al fútbol cuando pensé que nunca más iba a volver a jugar y segundo porque es el único premio que tengo en mi breve carrera deportiva (risas).

Luis con la "Rosa de Plata" en 2011

Una anécdota para cerrar la nota…

Más arriba te contaba la noche de 1975 en Tres Arroyos. Esa noche la cancha estaba no llena, re-llena, entramos y de Ayacucho habría no más de 50 personas que fueron a ver el partido. Ingresamos a la cancha y nos recibe una silbatina descomunal, entonces Hugo Ciganda agarra la pelota en la mitad de la cancha y la coloca en su dedo índice y la hace girar (como hacen los basquetbolistas) ¡y para qué! ¡Nos decían de todo!. Yo tenía el pelo largo y me gritaban
“¿andá, qué te hacés el Gatti?”. ¡Antes de empezar el partido! (risas).
Me acuerdo que había gente sentada detrás del arco en un paredón, no había tribuna, y todos sentaditos arriba del paredón ¡me decían de todo! Terminó el primer tiempo y nos fuimos aplaudidos por todo el estadio.

Así cerramos esta serie de notas con alguien que desarrolló fuera de nuestra ciudad la mayor parte de su carrera deportiva, pero que dejó en Ayacucho un inolvidable recuerdo.
Luis, un gran amigo que me ha dado esta página y una persona que mantiene la sencillez y cordialidad que no cambiaron con el paso de los años y los kilómetros recorridos.

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